Scared to be lonely; Hwang Hyunjin

Tres.

"Magnificamos todos nuestros defectos."

          
                                 ○●○

Hyunjin había pasado todo el día en cama, sin hacer nada, tenía días así y realmente me sentía muy cansada, no podía con todo.

-¿Podrías levantarte de esa cama?.- digo entrando en la habitación quedándome parada en el marco de la puerta.

-¿Para?- me responde sin quitarle la vista a la tv.

-Hyunjin, para con esto.- le digo entrando más a la habitación.

-¿Con esto qué? Hannah.- dice ahora desbloqueando su teléfono, sin mirarme todavía.

-Has estado estos tres días aquí sin hacer nada, Hyunjin he ido a la agencia por ti a decir que te sientes mal, tuve que falsificar un justificativo médico, estás volviendote un flojo sin remedio, contigo y con mis estudios..- me interrumpió.

-¿Qué? ¿Soy una carga para ti.?- al fin me miró.

-Hyunjin...-

-Si lo soy, dímelo, al final del día yo también me siento exhausto.-

-¿De hacer qué.?- dije riendo.

-De aguantarte Hannah, a ti, tus regaños, tu inestabilidad emocional, ya sabes.- me dijo volviendo la vista a la tv, pero la apagué. -¿Por qué la apagas? lo estaba viendo.-

-Quiero que te largues.- le dije seca.

-¿Qué?-

-Vete.-

-No estás hablando en serio.- me dijo parándose de la cama.

-¡Vete de aquí.!- le dije alterada. -Yo también estoy harta, de ti, de tus actitudes, de tu irresponsabilidad, de nuestras peleas, eres un imbécil y no haces nada para arreglarlo.-

-¿Quieres que me vaya.?- me preguntó serio.

-Lárgate.-

Entró al baño y sacó una maleta, empezó a meter sus cosas ahí lo más rápido que podía mientras yo sólo lo miraba, quería llorar pero no quería que él me viera. Después de unos minutos terminó, me pasó por un lado sin decir nada, bajó las escaleras y ahí reaccioné, me pare en el principio de las escaleras, él ya estaba en la puerta.

-Estás loca.- dijo volteando a verme.

Tomé el jarrón que estaba al lado de mí y pensé una segunda vez en si lanzarlo cerca de él o no, por más enojada que estuviera no quería hacerle daño. Cuando me vio con el jarrón en la mano abrió la puerta rápidamente.

-Y tú un idiota.-

-Considera ir con el doctor otra vez.- la gota que rebasó el vaso, le lancé el jarrón y él salió y cerró la puerta, el jarrón chocó contra el marco de la puerta.

Caí en mis rodillas llorando.

-Maldito imbécil.-