La historia de nuestra protagonista es la siguiente: Nacida con un problema en el corazón,el 17 de octubre de 1998 Lia Cóleman luchó por su vida desde el momento de su nacimiento, estuvo 3 meses en incuvadora e instalada en el hospital como si fuera su hogar, ya que allí pasó los primeros 5 años de su vida al necesitar transplantes de sangre y glóbulos rojos todos los días. Al sexto año decidieron que Lia necesitaba un nuevo corazón y la única persona con su mismo tipo de sangre era su padre Josh M. Cóleman, quien no dudó en salvar la vida de su hija aunque perdiera la suya,y así fue como Sarah Manson quedó viuda con una hija de la que debía cuidar sola.
Pues bien, ya sabemos los problemas por los que Lia tuvo que pasar, y veremos que ocurrirá ahora...
La mañana del 4 de octubre, Lia se levantó para ir a la escuela, la cual quedaba a cinco cuadras de su casa, tomó una ducha, se vistió, desayunó y ya lista para el colegio salió del apartamento de la calle Wallet en el que vivía.
Al salir tan apurada no notó que el piso estaba resvaladiso por la lluvia del día anterior, y calló desvanecida en el suelo, en medio de la calle. Tuvo suerte en ese instante de que el semáforo haya estado en rojo, pero apenas se puso en verde un camión de carga que venía a toda velocidad la pasó por encima y el conductor, a pesar de los gritos de Sarah y los vecinos no paró. Ni siquiera para ver como estaba Lia.
Y ella estaba sin vida. Tan solo era un cuerpo muerto, en medio de la calle Wallet, en el centro de un gran círculo que en pocos segundos se rodeó de gente, viendo a una madre llorando por la pérdida tan repentina de su hija .
Un llanto que no paraba, al igual que la sangre del cuerpo reventado por las ruedas tan pesadas de ese camión, con ese conductor que no paró, no se preocupó, no sintió y nunca sentirá, el dolor de esa madre desconsolada.
La ambulancia tardó menos de cinco minutos en llegar, y cuando estuvo allí Sarah casi no permite que se llevaran a su hija, quería ir con ella y saber cada cosa que hacían o iban a hacer.
No iba a quedarse en su apartamento llorando pero no podía vivir con el cadáver de su hija toda su vida.