No sabía identificar a qué velocidad palpitaba mi corazón.
Todo a mi alrededor se volvió irrelevante. Me costaba enfocar mi entorno. Lo único en mi cabeza que tenía sentido era el cuerpo de Amanda llevado en una camilla por dos de las enfermeras que nos recibieron en cuanto llegamos en la ambulancia.
Mi única reacción fue tomar la mano de Amanda.
Su cuerpo yacía aún inconsciente. Los paramédicos de la ambulancia me habían dicho que no se trataba de nada grave, sin embargo, debían hacerle todos los estudios necesarios en cuanto llegáramos al hospital para ver si el cáncer había avanzado y aquí estamos.
Una de las enfermeras me pidió separarme de Amanda mientras la llevaban a hacer los estudios. Fue difícil reunir las fuerzas para separarme de ella, no quería soltar su mano, no sabía lo que le estaba pasando. El pánico me invadió y diferentes escenarios de lo que podría pasar me carcomían. No quería imaginarme lo peor y era justo lo que estaba haciendo.
No quería perderla. No lo soportaría.
¿Por qué justo hoy?
¿Por qué le pasó esto si hace unas horas estaba bien?
¿Fue mi culpa? ¿No la cuidé como debería?
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Ya pasaron dos horas desde que llegamos al hospital. No he recibido respuesta alguna sobre el estado de Amanda, al parecer siguen comprobando todos los resultados de los análisis y estudios para no cometer ningún error. La espera me está matando, no soporto estar en este lugar sabiendo que mi esposa está en una de esas habitaciones y no puedo hacer nada para saber cómo está. Esto me está matando.
He recibido varias llamadas por parte de mi madre queriendo saber el estado de Amanda, mi familia ha querido venir desde hace rato, pero les pedí que se quedaran con Amelia, quien no paró de llorar cuando hablé con ella por teléfono, lloraba diciendo que quería ver a su madre y yo no sabía cómo tratar esto, la tranquilice lo más que pude y mi madre me llamó nuevamente hace media hora para decirme que por fin logró que Amelia se quedara dormida.
La espera se volvía cada vez más agobiante, comencé a caminar de un lado a otro por el pasillo de la sala de espera, las enfermeras y personas alrededor me veían con expresión de lástima y no las culpo, si pudiera ver mi rostro ahora mismo diría que parezco un drogadicto en abstinencia.
De pronto mis ojos comenzaron a cristalizarse y picaban con las lágrimas que comenzaban a acumularse el ellos. Estaba a punto de llorar por la desesperación y la agonía que sentía, pero de pronto me vi interrumpido por la puerta cuando ésta se abrió revelando a una mujer de mediana estatura usando una bata blanca y documentos en mano. De inmediato me acerqué a ella sabiendo que era la doctora encargada de Amanda, aquella que siempre nos ha ayudado a seguir el procedimiento y tratamiento de Amanda.
—¡Doctora Clare!
—Señor Lightwood. Lamentamos tanto la espera, pero por fin tenemos todos los resultados.
—¿Cómo está Amanda? —pregunté exasperado. No me importaba nada más que saber el estado de mi esposa. Quería saber si estaba bien, si estaba fuera de peligro o si estuvo en peligro en algún momento.
—Acompáñeme señor Lightwood.
Su respuesta no fue suficiente para calmar mis nervios, al contrario, los alimentaron más. No me dio tiempo de emitir una sola palabra, ella dio media vuelta y regresó por el mismo camino por donde entró segundos antes. La seguí sin dudarlo, tomamos el elevador y bajamos dos pisos arriba de donde me encontraba anteriormente, seguimos por un pasillo rodeado de puertas blancas, pude notar que se trataban de habitaciones para pacientes por algunas de ellas que estaban entre abiertas. La doctora Clare se detuvo frente a una de las puertas y la abrió al momento de llegar a su lado.
Mi corazón dio un salto de emoción y solté el aliento que había estado aguantando en el camino en cuanto vi a Amanda recostada en la camilla de la habitación, despierta y estable.
Corrí hacia ella inmediatamente, la rodee con mis brazos mientras ella enterraba su rostro en mi pecho, los dos comenzamos a llorar en cuanto nos tuvimos en los brazos del otro.
Pasaron sólo unos minutos antes de separarnos y plantar un beso en su frente, acunando su rostro con ambas manos. La doctora Clare se acercó a nosotros tendiendo la delgada carpeta de documentos hacia nosotros.
Fruncí el ceño ante tal acto pero acepté la carpeta con manos dudosas. Mantuve abrazada a Amanda con uno de mis brazos mientras que con la otra coloqué los papeles en mi regazo y los abría.
—Son los resultados de los análisis —habló la doctora con voz lenta llevando su mirada de Amanda a mí en repetidas ocasiones. Se le notaba nerviosa.
Y eso no era bueno...
¡Hola a todos! 😻🍃❤
Seguimos con los capítulos...
💕✋
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Un 17 de Julio
Romance~†~†~†~ Alec Lightwood tiene una familia muy tradicional, la cual le piden que se case por beneficio familiar... Pero su camino cambia de rumbo al conocer a Amanda Bane quien esconde la verdad sobre su pasado. Vivirán una historia llena de romance...