~†~†~†~
Alec Lightwood tiene una familia muy tradicional, la cual le piden que se case por beneficio familiar...
Pero su camino cambia de rumbo al conocer a Amanda Bane quien esconde la verdad sobre su pasado.
Vivirán una historia llena de romance...
Era una hermosa chica de pelo tan negro como la noche, de aspecto hermoso a la vista. Alec quedó sin palabras después de verla, al menos hasta que la chica tocó su hombro y se inclinó un poco hacia él.
—Oye, ¿estás bien? Luces un poco pálido —La hermosa joven preguntó con un poco de preocupación en su voz.
—Yo...sí, estoy bien, ¿en qué puedo ayudarte?
Alec contestó con un poco de dificultad y tartamudeando, no podía encontrar el aliento para hablarle a esa hermosa joven.
—Bueno yo... Estoy buscando un libro en específico, lo he estado buscando por muchos años pero jamás he podido encontrarlo, me preguntaba si tú lo tienes, aquí esta el nombre.
La joven dijo mientras le extendía la mano con un pedazo de papel donde venía escrito el nombre del libro.
—Sí, bueno...dejame decirte que hoy es tu día de suerte, tengo el libro, pero está en la bodega de atrás, ¿quieres venir conmigo...o prefieres quedarte y esperar?
Eso ultimo sonó más como un susurro, Alec no quería separarse ni un minuto de esa joven, quería saber su nombre.
—Sí yo...te acompaño.
La chica contestó un poco nerviosa, pero claramente quería llegar a conocer a ese chico lindo que tenía frente a ella. En cuanto entró a la librería se percató de esos ojos azules, hermosos como el océano.
En el camino a la bodega compartían miradas nerviosas, cada vez que sus brazos o manos se rozaban entre sí sentían una descarga eléctrica en sus corazones. Llegaron a la bodega y Alec se dedicó a buscar el libro, cuando finalmente lo encontró se lo entregó a la joven.
—Esta es una buena elección de libro.
La joven sólo sonrió.
—Sí, espero que así sea cuando lo termine.
Volvió a sonreír a Alec.
"¡Dios! Esa maldita sonrisa"
Pensó Alec.
"Es tan hermosa".
Para Alec, esa era la sonrisa más perfecta y hermosa de todo el mundo. Alec tomó la mejilla de la joven con una de sus manos y al mismo tiempo la acariciaba con su pulgar.
—Es la sonrisa más hermosa que he visto.
Alec se dio cuenta de lo que acaba de decir y vio la mirada extraña en los ojos perfectos de esa joven.
—Perdón, yo...yo no debí decir...
—Gracias.
La joven lo interrumpió y le regaló otra sonrisa, esta vez con un poco de sonrojo en sus mejillas. La joven sacudió su cabeza cuando se dio cuenta que se perdió en esos hermosos ojos azules, miró su reloj y dio un salto repentino.
—¡Maldición! Lo siento, yo...no me di cuenta del tiempo. Se supone que vería a unos amigos en mi café y...perdón me tengo que ir.
Alec notó un poco de decepción en la mirada de la joven.
—Sí claro...yo te...claro vamos.
Alec le dijo queriendo decir en realidad que se quede más tiempo, pero la entendía.
En su camino de regreso, hubo un silencio un poco incómodo, luego Alec se atrevió a romper el silencio.
—Entonces...¿tienes un café?
—Sí, justo en el centro de la ciudad, eres bienvenido cuando quieras.
La joven le guiñó el ojo y sacó su cartera, luego de pagar por el libro le dio las gracias al joven frente a ella y justo antes de salir por la puerta sintió que algo la tomó del brazo. Se dio vuelta y vio que era él, el chico alto de ojos azules, con una expresión en su cara definitivamente nerviosa.
—Yo...yo quisiera saber...tu nombre...yo...claro sólo si tú...quieres.
Miró al suelo asustado por la respuesta de la joven, pero tenía tanta necesidad y curiosidad por saber el nombre de la hermosa joven. Después de unos segundos Alec se sintió tan tonto por haber hecho esa pregunta.
"Tal vez ni siquiera quiere saber nada de mi"
Pensó Alec.
—Entiendo si no quieres decirme...
—Amanda.
La joven lo interrumpió. Sacó un papel de su cartera y se lo entregó a Alec.
—¿Puedo saber cuál es el tuyo?
—Alec.
—Es abreviación de Alexander, ¿cierto?
Alec se sorprendió por la forma en que su nombre sonaba en esa hermosa voz.
—S-sí...así es.
Alec bajó la mirada al papel que le entregó Amanda y se dio cuenta de que era una tarjeta de presentación que decía: "Amanda Bane/Barista"
—Te lo dije Alexander, eres bienvenido cuando quieras.
Amanda le dijo con una sonrisa y salió por la puerta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
