17/07/2019
03:04
Y de repente caíste sin darte cuenta. No hay nada. Estás solo, en el absoluto silencio, sin nadie con quien hablar y hasta parecería que estás a un paso de la esquizofrenia. No sabes cómo pasó, solo tenes la certeza de que pasó. Nada te convence, nada te gusta, nada se siente bien, nada te motiva a seguir intentándolo.
¿Seguís esperando, verdad? Sí, seguís esperando por ese salvador. Por esa persona que mágicamente te va a sacar de la tinieblas, que va a iluminar la oscuridad que te rodea, que va a disipar todos tus miedos. Pero, ¿Te puedo contar un secreto? Yo también lo esperé durante mucho tiempo y nunca vino, probablemente sea porque por más que quiera que alguien me salve no estoy dispuesta a contar mis sentimientos, se siente mal hacerlo, contar esos pensamientos los vuelve reales, y estoy tan asustada de ellos que no quiero darles nombre. Además, ser vulnerable frente a otro me hace sentir incapaz y ya tengo suficiente con otras personas llamándome incapaz como para que también me lo diga a mí misma.
En fin, creo que este es el lugar donde pongo alguna conclusión pero hoy no tengo ninguna. Solo sé que tengo dos opciones: salvarme o hundirme, el problema es que no sé cómo salvarme aunque toda la vida practique como hundirme.
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Querido Diario
Non-FictionLlego el momento que odio y amo por partes iguales, describirme. Soy una mujer, o una ex adolescente o una joven adulta o... saben qué? Da igual, el punto es que escribo y que recién a mis diecinueve años se me ocurrió empezar un diario. ¿Por qué? P...