Capítulo 4

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Su mañana empezó de la peor manera posible, como de costumbre se levantó temprano y rezó junto a sus padres en el pequeño altar que tenían en casa, pero lo tenía que haber visto venir cuando sus padres apenas le dirigieron la palabra, pero el simplemente lo ignoró.

Estaba tan metido en sus pensamientos que no escuchó la primera advertencia que le lanzó su madre, así que a la segunda advertencia fue cogido bruscamente por el cuello de su camisa por su padre. Sus ojos se ampliaron de sorpresa al sentir que lo tiraban hacia atrás de pronto.

Su padre lo tiró contra el suelo y entonces supo que debía arrodillarse y fijar la vista al suelo "Tu madre te estaba hablando" escupió enfurecido.

Chris sabía la razón por la cual estaba tan enfadado, lo entendía pero no importaba cuantas veces se lo dijeran, él simplemente no podía alejarse de aquel chico y volver a ser quien era, se negaba a dejar ir a Minho.

Ahora era su madre quien estaba de pie frente a él "Ayer te llamé por teléfono, pero estaba apagado" su tono se iba elevando peligrosamente a cada palabra.
"¿Por qué no respondiste tu teléfono, Christopher? ¿Qué podía ser más importante que tus responsabilidades?" su padre hablaba con un tono bajo, dejándole claro cuán enfadado estaba.

Después de escuchar el tono de su voz y como le habían hecho arrodillarse sabía que en una de sus sesiones de reeducación. Pero no importaba podría soportarlo si significaba que podría ver a su ángel más tarde, no importaba cuantas veces su padre le pegara nunca cedería. 

Torció los labios enfadada debido al silencio de su hijo "¿Sabes lo que pasará ahora, verdad?" la mujer se dirigió tranquilamente hacia un pequeño armario donde guardaban diferentes fustas tanto de madera como de metal, que solían usar para educar a su hijo "Ignorar tus deberes es una gran infracción" cogió una pequeña vara de metal y se la dió a su marido sin pestañear.
El hombre movió la vara de mano a mano, como si estuviera testando el peso "Quítate la camisa" Chris ya sabía que suplicar no funcionaría en ese momento, así que simplemente hizo tal cual le ordenaron "Esto me duela más a mi de lo que te llegará a doler a ti"

Chris no estaba en total acuerdo con lo que dijo su padre, pero no dijo nada, su pálida piel ya estaba cubierta por viejas cicatrices y algunos moretones recientes debidos todos a sus reeducaciones. El primer golpe siempre era el peor, dejaba su piel quemando e insensible al mismo tiempo, se mordió el labio inferior casi haciéndolo sangrar para acallar sus gritos de dolor.

Dejó de llorar por esas golpizas a la tierna edad de nueve años, llorar y suplicar solo incrementaba el castigo, así que rápidamente aprendió lo que debía hacer y estar en silencio durante el castigo le ayudaba a acortarlo.

Por fortuna fue un castigo ligero, solo cuarenta golpes y se podría ir, no antes de que le dijeran que cambiará su actitud antes de que la gente empezará a hablar y se corriera el rumor de que ya no asistía a la iglesia a ayudar al cura y, a más a más, que se alejará de aquel pecador. Eso es lo que llamaban a Minho.

Si hubiera sido suficientemente valiente hubiera abierto su boca para decirles lo que realmente pensaba, y les hubiera dicho que jamás dejaría ir a Minho por ellos.

Con piernas temblorosas se levantó del suelo cuando sus padres lo dejaron solo en la habitación, con dificultad caminó hacia su habitación y cerró la puerta, ahora en la solitud de su habitación luchó por mantener la compostura, porque últimamente sentía como titubeaba.

Después de su encuentro con Minho empezó a sentir algo y por ello ahora estaba sufría las consecuencias de estar vivo. Estaba empezado a ser cada vez más difícil para él mantenerse firme, de seguir con aquella férrea máscara, sobretodo cuando estaba con su ángel.

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2019 ⏰

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