CAPITULO 2

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 Abro lo ojos lentamente y lo primero que observo es un hermoso balcón que está al frente de la cama, del balcón se ve un poco los árboles de lo que parece que es un pequeño bosque, aparto mi vista del blanco y le doy un vistazo a la habitación, puedo ver que es el doble de grande que mi habitación interior.

Trato de levantarme de la cama y veo a la orilla de esta mis maletas, escucho unos pasos y se abre la puerta.

—¿Por qué estas levantada? — Deja las maletas que traía en la orilla de la cama.

—No sabia donde estaba y me altere un poco

Papá se acerca y me abraza.

—Me disté un gran susto Noah—Traga saliva y me suelta un poco —Al verte caer inconsciente sentí que mi corazón se detuvo por un segundo.

—Estoy bien papá, en serio — Trato de tranquilizarlo y le doy otro abrazo.

— No podría soportar perderte a ti también — Me abraza más fuerte.

Después de esa escena y de hacer un pequeño recorrido a lo que será mi habitación, con papá vamos al auto a buscar un restaurante para comer algo.

—El lunes comienzas clases en North Salem es una de las universidades más antiguas de Salem, tienen uno de los tres mejores talleres de arte de Massachusetts.

Eso no me lo esperaba.

—Espero estar al nivel de ellos  — Miro la ventana y veo el letrero de la Reserva Forestal.

—Van a ver tus obras y se darán cuenta que eres una gran artista— Me dice emocionado.

No digo nada y sigo mirando por la ventana, siento como si algo me llamara a seguir mirando la espesa mata de árboles.

—Prométeme que lo intentaras—Dice papá, mirando hacia mi dirección.

—Lo prometo.

Después de esa conversación, comenzamos hablar de cómo nos acomodaremos en Salem, limpieza, las compras de semana, la comida, etc.

—North Salem esta un poco lejos de casa, y estuve pensando—Papá sigue mirando el camino—Que ya es hora de que cambié de auto.

Literal cuando escuche eso mi cabeza y todo mi cuerpo quedo estático.

—Eso quiere decir que...— Emocionada lo miro a papá, él cual también esta con una sonrisa.

—Que posiblemente se me ablande el corazón y te lo dé de regalo de bienvenida—Trata de poner una cara seria, pero le gana la sonrisa.

—¡GRACIAS PAPÁ! — Lo abrazo mientras maneja y se ríe.

Llegamos al centro de la ciudad, y estacionamos el auto enfrente de un restaurante, entramos en él y todo lo que había en ese restaurante era magnifico desde la comida hasta la ambientación.

Papá pidió una pasta Rizzoti y yo pedí una Lasaña Boloñesa, estábamos esperando la orden cuando me doy cuenta que me deje el celular en el auto.

—Papá puedes darme las llaves del auto, se me olvido el celular—Me levanto de la mesa, papá me pasa las llaves y salgo del restaurante.

Voy directo donde dejamos el auto, pongo la llave, abro la puerta, saco mi celular, cierro la puerta y cuando estaba yendo en dirección al restaurante me tropiezo con algo y caigo al suelo.

—Maldición—Murmuro todavía en el suelo, cuando una mano se posa adelante mio.

— ¿Te ayudo?

—Gracias—Tomo su mano para levantarme y al momento de tocarla me da un escalofrió en todo el cuerpo.

Levanto mi cara para ver a la persona y me quedo sin palabras.

—De nada, deberías de tener un poco de cuidado— Al sonreír se le marcan unos bonito hoyuelos.

—Lo sé, estaba un poco distraída.

—Es nueva por aquí, ¿Verdad? —Dice mirándome a los ojos, eso me puso un poco nerviosa sobre todo por su particular color de ojos, eran celestes muy claro casi llegando a gris. 

 Su mirada la sentí tan familiar, como si fuera la mirada de un familiar que no te ha visto en mucho tiempo y que no sabe como expresarte lo que quiere.

—Me acabo de mudar hace muy poco.

El me mira fijo unos segundos y luego desvía la mirada.

—Entonces déjame decirte Bienvenida a Salem, bella dama.

—Gracias—Sonrío y ahora yo soy quien lo mira —Lo siento me tengo que ir mi papá se debe estar preocupando por mi ausencia.

—Claro, fue un gusto coincidir con usted — Toma mi mano y le da un beso en el dorso—¿Me podría dar el privilegio de saber su nombre, bella dama?

En ese momento se me ponen rojas las mejillas y se me sale una risita.

—Noah, Noah Miller—Le digo sonriendo y le sigo su juego— ¿Me podría dar a conocer su nombre, joven caballero?

— Harry, Harry Maxwell.

A thousand yearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora