Pasar noches en vela, alerta, observando algún punto en concreto mientras se espera el momento para actuar (si es que éste llega), no resultaba inusual.
Pasar noches en vela, temiendo dormir tan solo para despertarse unas horas después a causa de una pesadilla, agitado y con el sudor frío empapando sus sábanas, tampoco era nada de otro mundo.
Ambas forman parte de la vida de varios miembros de la Mafia Portuaria, después de todo, todos ellos son humanos.
Nakahara Chuuya suele aferrarse a éste pensamiento cada una de las noches en que sus recuerdos deciden interrumpir su sueño. Recuerdos lejanos de cuando «Nakahara Chuuya» aún no existía.
¿Por qué estaba todo tan oscuro?
No, no era eso. Había algo obstruyendo su visión. Intentó alzar una mano para quitarlo, pero no pudo. Persistió, sin resultados.
No tenía miedo, pero mientras más fallaba, más furioso se sentía.
Y entonces, sintió un fuerte dolor en su brazo.
—Nakahara-san —Chuuya despertó respirando agitadamente, intentó levantarse, pero no lo consiguió—. Nakahara-san —su vista se dirigió a esa persona que llamaba su nombre.
Akutagawa se encontraba al borde de la cama, notablemente alterado, y a su alrededor estaba la razón por la cual Chuuya no podía moverse; Rashomon lo mantenía sujeto sobre la cama. La situación era extraña, pero entendió que no corría peligro, así que intentó relajarse.
—¿Qué es lo que ocurre?, ¿acaso te pateé mientras dormía? —intentó bromear aunque sabía, o adivinaba, que esa no era la razón por la cual estaba siendo inmovilizado.
Akutagawa no parecía muy aliviado por oír su chiste, aunque la tensión de sus hombros disminuyó. Intentó ofrecer una respuesta.
—Me desperté y pensé que estabas teniendo una pesadilla, o algo... Y entonces lo vi en tu brazo, creo que era Corrupción —Nakahara se despertó por completo, como si acabaran de echarle agua helada encima—. Lo siento, no sabía qué hacer.
Chuuya esperaba que eso fuera todo lo que había ocurrido. Aún si no lo dejaba en la mejor de las posiciones, que Akutagawa actuara rápido era una de las mejores posibilidades.
—No te disculpes, lo hiciste bien —intentó reconfortarlo—, en todo caso, debería ser yo quién pida perdón... Aunque, ¿podrías soltarme?
—¿Está seguro?
—Sí, ya estoy bien. Lo juro.
Todavía dudoso, el menor liberó al pelirrojo lentamente, confirmando dos veces que sus brazos estuvieran limpios de marcas negras antes de quitarlo por completo; entonces suspiró y tomó asiento al pie de la cama. Por su parte, Nakahara se arrodilló sobre el colchón, observando sus propias manos con recelo.
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Arahabaki & Rashomon [ Bungo Stray Dogs ]
FanfictionDesde que tenía memoria, Chuuya estuvo seguro de que sus pesadillas jamás lo dejarían en paz. Después de todo, él no era ningún héroe y no podía hacer nada para cambiar su rumbo estando ya tan adentrado en la partida. Eso no significaba que no quisi...