Capítulo 2

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- ¿Te estás acostando con una mujer?

- ¿Qué?- Exclamó Hatori muy sorprendido.- Por supuesto que no, ¿cómo puedes pensar una cosa así?

- Entonces todo está bien.- Dijo Chiaki forzando una sonrisa.

- ¿Cómo va a estar todo bien? ¿De dónde has sacado que me estoy viendo con una mujer?- Quiso saber Hatori. Los demás presentes se miraron entre ellos sin saber muy bien qué hacer, tampoco entendían del todo la situación y la curiosidad les podía.

- Esta mañana ha venido una mujer a mi casa, me ha dicho que era una conocida tuya por lo que le he invitado a pasar.- Explicó el mangaka.- De repente ha comenzado a preguntar cosas sobre nosotros y…

- Espera, ¿qué mujer?- Le interrumpió Hatori.

- No me ha dicho su nombre. Era morena con el pelo ondulado, bastante más alta que yo y llevaba unas gafas rojas.

- ¿Y qué te ha preguntado sobre nosotros?

- Quería saber cuándo nos conocimos, si estábamos saliendo y si vivíamos juntos.- Dijo Chiaki nervioso.- Yo no sé si he hecho bien en responder porque no sé quién es esa mujer y ahora que lo pienso no creo que sea buena persona, porque cuando le he dicho que somos pareja me ha dicho que tú te estabas acostando con ella…No he sabido qué decir, Tori, me hubiera gustado decirle que era una mentirosa o gritarle, pero en ese momento estaba paralizado.

- ¡Te juro que no sé quién es esa mujer!- Dijo el editor alterado.

- Tori, yo te creo. Sabía que tú jamás me harías algo así, eres la persona más buena que conozco, pero necesitaba oírlo de tu boca.- Dijo Chiaki.

- Te prometo que encontraré a esa mujer y haré que pague el haberte hecho daño.

- No importa, solo ha sido un mal rato.- Dijo el mangaka.- Olvidemos que esto ha pasado, ¿vale? ¿No ibais a beber?

- Sí.- Respondió Takano.- ¿Nos acompañas?

- No, gracias, tengo que hacer unos recados.- Respondió Chiaki.- Pasadlo bien.

- ¿Estarás en tu casa?- Preguntó Hatori y el uke asintió.- Muy bien, me pasaré más tarde.

Caminaron todos silenciosamente hacia el bar al que solían ir siempre que decidían salir, nadie se atrevía a romper el silencio incómodo que se había formado una vez que el mangaka se alejó de ellos. Llegaron al bar y se sentaron en una mesa algo apartada. Una vez les hubieron servido, Hatori decidió romper ese silencio que ya se estaba volviendo insoportable.

- Siento mucho que hayáis tenido que presenciarlo.- Dijo algo avergonzado.

- No te preocupes, son cosas que pasan.- Dijo Kisa con una risa nerviosa.

- No me gusta mezclar mi vida personal con el trabajo, por eso siento que os hayáis enterado de todo.

- Nosotros no juzgamos.- Le dijo Onodera. De hecho él era el menos indicado para juzgar a nadie, ya que muchas veces le parecía imposible separar el trabajo de lo personal.

- Exacto.- Asintió Takano.

- Ya sé que es extraño porque los dos somos hombres.- Comentó Hatori después de darle un trago a la cerveza.

- No creas…- Murmuró Kisa.

- Y además yo soy su editor…- Dijo Hatori sonrojado.

- Es bonito, ¿no?- Sonrió Mino.- Que te hayas enamorado de él gracias a ser su editor a mí me parece bonito. Podría ser un buen argumento para un manga.

Torpeza sentimentalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora