Capítulo 10

1K 69 34
                                    

8 meses después

Kisa llegaba tarde a trabajar, hacía solo un par de semanas que se le había acabado la baja y todavía le costaba separarse de su hijo por las mañanas. No era que no se fiara de Yukina, su novio era un buen padre, simplemente no le gustaba estar alejado de su hijo de cinco meses. Sentía que el bebé crecía cada vez más rápido y él se lo estaba perdiendo por estar en el trabajo, pero no había nada que pudiera hacer para remediarlo, ese había sido el trato desde un principio. Yukina ya se había graduado pero había aplazado la búsqueda de empleo hasta que Nao cumpliera un año, hasta entonces vivirían del sueldo de Kisa y él podría cuidar del pequeño durante la jornada laboral del mayor.

Kisa entró suspirando en el departamento esmeralda. Siempre le había gustado su trabajo pero últimamente no le llenaba. Miró el asiento vacío que tenía al lado y volvió a suspirar, Ricchan estaba de nueve meses pero llevaba ya dos sin trabajar puesto que se le había complicado el embarazado y tenía que estar en absoluto reposo. Kisa solía ir a visitarle por las mañanas junto con Nao, eso animaba mucho a su amigo pero, ahora que había vuelto a trabajar, casi no tenía tiempo de ir a verle.

- Kisa, ¿has hablado con tu mangaka?- Preguntó Takano sin apartar la vista de unos papeles.

- Hablé con ella ayer por la noche, me dijo que me enviaría hoy el manuscrito ya corregido.

- Si a la hora de comer aún no te lo ha enviado llámala.

- De acuerdo.

- Hatori, ¿qué hay del manuscrito de Chiaki?- Preguntó el editor jefe.

- Aún está trabajando en él.

- Dile que si no lo tiene acabado hoy tendrá que venir mañana a trabajar aquí.- Dijo Takano.- Así se pondrá las pilas.

- Ahora mismo se lo digo.

- ¿Mino?- Le llamó Takano.

- Los míos ya han llegado.

- Perfecto, sigue amenazando así a tus mangakas.- En ese momento vibró el móvil de Kisa y Takano le miró esperanzado.- ¿Es la mangaka?

- No, es Yukina.- Respondió Kisa sin dejar de mirar la pantalla.

- ¿Todo bien en casa?- Preguntó Hatori.

- Sí, solo me ha enviado un video de Nao haciendo pedorretas.

- ¿Por qué no se lo envías a Chiaki?- Dijo Hatori sonriendo.- Le encantará verlo, se le cae la baba con tu hijo.

- No, dile que se lo enviarás cuando tenga listo el manuscrito.- Ordenó Takano.


Chiaki estaba pasando una mala racha y no se sentía con fuerzas de trabajar, cada vez le costaba más encontrar la inspiración y al final acababa haciendo cualquier cosa menos trabajar. Ese día decidió apagar el móvil y salir de casa porque sabía que Tori iba a estar llamándole para pedirle ese manuscrito que aún no había finalizado.

Decidió ir a casa de Ritsu a verle, ya que hacía un par de días que no le visitaba y sabía que el pobre a esas horas estaría solo. Llamó al timbre y esperó un par de minutos a que su amigo abriera.

- ¡Chiaki, qué sorpresa!- Exclamó el editor con una sonrisa y haciéndose a un lado.- Pasa, pasa. Me alegro de que hayas venido, me aburro un montón todo el día encerrado en casa.

- Es que no tenía ganas de trabajar, la verdad, y he decidido esconderme en tu casa.- Explicó Chiaki entrando en la vivienda.- Pero no te chives o me colgarán por los pulgares.

Torpeza sentimentalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora