H̵A̵S̵T̵A̵ ̵L̵L̵E̵G̵A̵R̵ ̵A̵ ̵T̵I. •||Emiliaco||•

•03•

El día de la gran fiesta había llegado, todo en la casa era una locura, corrían por aquí y por allá, gritando y uno que otro llorando de estrés.

Del otro lado de la gran hacienda ya hacía el castaño viéndose obligado a salir de su nueva cueva regalo de su padre, paso la noche ahí quedó tan fascinado con el lugar que lo hizo suyo y se instaló de inmediato.

El rock and roll sonaba por toda la cabaña, alocado y rítmico, era el gran festival de música, la radio sonaba desenfrenada con todos esos acordes ruidosos, Joaquín bailaba al ritmo, viéndose al espejo y colocándose la gran chaqueta negra, peino sus rizos, mientras disfrutaba la música del momento. Un tierno chico bailando música alocada no era algo gracioso pero diferente.

—Joaquín!— entro gritando la más pequeña de los Gress— enciende la televisión, anda date prisa!— el televisor dejo ver una imagen a blanco y negro, llena de personas esperando a la sensación de ese momento.

—Wow! Por qué no llegaste antes— gritó el castaño sentándose a un lado de su hermana para disfrutar de la que es su canción favorita, la cual lo llena de recuerdos.

**A continuación el gran Paul Anka nos deleitara con uno de sus más grandes éxitos desde Canadá con ustedes el talento de talentos**

Ambos hermanos gritaron emocionados la ver a su cantante favorito arribar el escenario, la melodía comenzó a llenar  todo el lugar, ambos lo veían con devoción, el mayor se permitió cerrar los ojos para suspirar por tan bella voz.

—Es hermoso!— comentó Renata emocionada.

Joaquín asintió, recordando aquella fiesta donde por primera vez sus labios fueron tocados y amados, se permitió recordar aquellos días, donde las cartas aún llegaban donde lo prohibido le daba vida, todos los recuerdos que llegaban eran los más preciados para su corazón, hasta que ese rostro hizo aparición, sintió el coraje recorrer su pecho y las lágrimas apunto de salir, fue ahí donde sus ojos se abrieron como poniendo una barrera entre el ahora y su pasado.

La canción había terminado, Renata aplaudía como si el gran Paul la pudiera ver, la emoción se fue tal como llegó al escuchar un suspiró cansado, entonces volteó su rostro para ver a su hermano. Tenía tristeza en esos bellos ojos cafés.

—tranquilo vamos Joaquín es una canción muy bella, debes dejar fluir pero no te estanques, no dejes que nadie arruine lo que te da vida, haber toma para que dejes esos pensamientos— seco la pequeña lágrima que resbalaba por la mejilla del castaño, tomó la bolsa azul de regalo que llevaba con ella.— mi abuela pidió que te la trajera es su regalo, ella piensa que lo puedes usar con tu atuendo el día de hoy.

Joaquín tomó la bolsa y saco el contenido, viendo una bonita boina francesa que al parecer combinaba perfecto con su pantalón a cuadros, sus ojos pasaron de tristeza a alegría en segundos y volvieron a brillar, corrió al espejo a colocársela, y nadie puede negar que la belleza de Bondoni resplandece al sonreír y esa boina lo hacía ver aún mejor.

—bien, cómo me veo— preguntó dando un vuelta muy lenta dejando ver la combinación entre la boina, chaqueta, pantalón y botas negras a juego.

—Espectacular! Serás el cumpleañero más guapo— no estaba en duda eso solo que viniendo de su hermana era extraño, está vez ella lo dijo con demasiada sinceridad.