Capítulo dos.

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"Tú eras de un mundo perfecto,

un mundo que hoy me abandonó lejos,

hoy, hoy, hay que correr..."

Marilyn Manson — Coma White



—Entonces permítame presentarle a Allyn Foster —dijo la mujer—. Pongamos las cartas sobre la mesa.


»Era mi cumpleaños, ese día salí temprano de la facultad y días antes me había enterado que se haría una presentación de arte barroco y renacentista en el museo de la ciudad, ¿qué mejor que eso para un autoregalo de cumpleaños?

Destacaba entre los cúmulos de gente que transitaba por las aceras, mi uniforme blanquecino gritaba que sería pronto una nueva integrante del área de la salud. Caminé algunas calles más, con una batalla mental entre mi yo y mi otro yo tratando de ganar si tararear una canción o ir contando mis pasos. Al llegar a mi destino, una ola de aire acondicionado golpeó mi rostro y pude soltar un gran suspiro de satisfacción al cruzar la puerta que me haría enamorarme de una belleza efímera plasmada en lienzos.

El museo no estaba lleno, pero tampoco vacío, con una pequeña orquesta de fondo que combinaba con cada bello cuadro que adornaba la pared blanca de cada lugar. Por momentos sentía que era parte de ese mundo, que mi amor por la medicina podría ser traicinado por un par de óleos y pedazos de tela añadidos a trozos de madera, con un bello o bella musa dando un calor a mis ojos, manos y corazón al ser transportado al precioso mundo de la pintura.

No pude ni contar las fotos que había tomado, mucho menos el tiempo de la estadía hasta que una señora tropezó conmigo susurrando que llegaría tarde a su hogar, entonces miré: 6:12 p.m. Igual iba terriblemente tarde y una lluvia hacía cántaros en las calles.

Caminé a la puerta y sólo me dediqué a mirar, no llevaba ni un suéter para cubrirme, y temía más por mis cuadernos y libros que por mí.

—Terrible, ¿no es así?

Miré rápidamente al dueño de la voz, era un chico, que lucía como de mi edad, que portaba un lindo abrigo color pana que combinaba con sus cabellos castaños, mientras soltaba risitas e intentaba abrir su sombrilla.

—Ni me lo diga. Al parecer, por lo fuerte de la lluvia, dormiré en el museo, aunque eso no me molestaría en ningún sentido; siempre es bueno creer que realmente existe la belleza y que puedo convivir con ella aunque sea visualmente —contesté mientras jugaba con el agua que mi mano estirada alcanzaba.

—Soy Evan Thomson —dijo mientras ofrecía su mano diestra y la estreché—. Es un honor conocer a una dama que piense eso del arte.

—El honor es mío. Soy Allyn Foster.

Lo miré sutilmente, Chris estudiaba algo de la mente: psicología, psiquiatría o psicoanalística, ni idea; pero siempre me decía que alejara mi curiosidad de la gente desconocida, o que al menos la controlara. Alcé mi muñeca, volviendo a mirar la hora aunque sabía que no había pasado mucho desde que la había visto, pero era para hacer un gesto excusatorio.

—Evan, lamento dejarlo así, pero es muy tarde, y a lo lejos veo mi autobús llegar. Mi aventura empieza cruzando la calle —reí—. Hasta luego, espero verlo alguna otra vez.

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⏰ Última actualización: Aug 21, 2019 ⏰

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