Akiteru no le dió mayor importancia al hecho de ser un beta hasta que conoció a Udai Tenma.
Udai era un kohai bastante peculiar: nuevo miembro del equipo de voley de Karasuno, alegre e inquieto, bajo y menudo, con un remolino de cabello negro y escaso temor. A decir verdad, por aquel entonces, su personalidad extrovertida no cayó en gracia a más de uno de sus compañeros de equipo porque pues a pesar de que podía ser un chico de los mas agradable poseía una lengua impulsiva y afilada: si debía decirle algo a cualquiera lo hacia sin ningún tipo de titubeos. Akiteru bromeó mas de vez sobre la supuesta y extraña fisonomía de Tenma, la que le impedía filtrar sus pensamientos y palabras que le llevaban a ofender a medio mundo. Tenma reía a carcajadas de su ocurrencia.
Udai Tenma era un omega fuera de toda norma y por ello Akiteru no podía despegar sus ojos de él. Era como un imán para su atención, una luz para sus ojos, el cielo y el universo que se develaban ante su vida.
Udai Tenma demostró— más temprano que tarde— que era mejor que varios jugadores titulares, incluso que el mismo Akiteru, ganándose un puesto dentro de la cancha y muy lejos de donde él se encontraba, en la banca de suplentes, bajo una nube negra de decepción.
Aún así, con el coraje y las lágrimas escondidas de ser relegado a un lugar inferior, no habla mal de Tenma. No se quejaba de sus actitudes desafiantes, de su falta de disciplina, ni del odioso aroma que espantaba alfas en la duela, que por supuesto no él podía percibir. Se concentraba en entrenar un poco más —con el beneplácito de Ukai-sensei— para poder ganarse un lugar, más bien recuperarlo, con sus propias habilidades y fuerza, para tener que dejar de mentirle a Kei, su pequeño hermano quien le adoraba. Nunca quiso que su inocente mentira creciera tanto hasta ser inmanejable y dolorosa pero enfrentar la realidad acabaría con el lazo de hermandad que le ataba. Él solo tenía a Kei, papá figuraba en más papeles del seguro que en sus vidas.—¿Estás practicando solo?
Una tarde, Udai, aún con su uniforme del equipo puesto y una enorme sonrisa se quedó a entrenar con él, sorpresa que le dejó en silencio durante unos segundos de impacto mientras el balón tricolor deba pequeños botes en el piso alejándose de su persona. Por un momento se sintió juzgado e intimidado con esa pregunta mas el intenso mirar del joven, esperando que el número 10 de los cuervos le reprochará su actuar.
—¿Podemos entrenar juntos, senpai?.
Tenma jugueteaba con su propio balón de mano en mano, sin borrar la sonrisa de su rostro, esperando una respuesta afirmativa a su petición.
Tsukishima, se sentía tan nervioso que hizo un ligero asentamiento de cabeza aceptándolo en su entrenamiento individual. ¿Por qué quería practicar con él si apenas hablaban? ¿Tenma se había dado cuenta de su curiosidad por él?
—¡Porque no eres como esos alfas idiotas que lo único que hacen es quejarse! Tú en cambio eres un beta pero sigues entrenando para mejorar y eso es admirable,Tsukishima-senpai, ¡tu espíritu es fuerte!
Admirable y fuerte...se notaba que Udai no lo conocía en lo mas mínimo.
Sin embargo, aquellas palabras simples, llenas de sinceridad se sentían bien, como una cálida y suave caricia que avergonzó al joven Tsukishima de la cabeza a los pies. Estaba tan poco acostumbrado a ser alabado por otros, mas aun viniendo de la pequeña fiera del voley.
—Gracias...Udai-kun.
—¡Puede llamarme Tenma, Tsukishima-senpai!
Akiteru no le dió importancia al hecho de ser beta hasta aquella tarde en la que el peculiar omega que lo dejó en la banca le sonrió con franqueza y alegría. Con esos ojos destellantes, las mejillas rojizas, su cabello hecho un caos...con el cielo y el universo en su ser, en su alma. Cuando Tenma en un rápido movimiento tomo su mano para estrecharla, Akiteru comprendió porque no podía dejar de observar a su kohai, comprendió porque buscaba su figura entre el mar de estudiantes, anhelaba escuchar su estridentes gritos por la mañana, el porque le deslumbraba su forma de jugar , su menudo cuerpo volando, flotando como una pluma. Comprendió su temor por la opinión del muchacho sobre su persona, de su necedad y naturaleza.
ESTÁS LEYENDO
Él huele a flores de ciruelo [AkiteruxTenma] Omegaverso
FanficSu nombre sabía a cielo, a un universo completo, a una tarde de primavera, a un botón no entregado y al amor que nunca fue declarado. Sin embargo la primavera trae una nueva oportunidad de florecer. two-shot Akiteru x Tenma Omegaverso