𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍 - 𝖵𝖨𝖪𝖨𝖭𝖦𝖲 // PAUSA

4.12 - La Visión

Mientras Ragnar busca tripulación para su viaje a Wessex, los lugareños de Kattegat le reprochan que los dioses lo hayan abandonado. Bjorn se prepara para cumplir su sueño de explorar el Mediterráneo.

...

El día había amanecido gris por primera vez en una gran temporada, Seren no podía evitar pensar que se debía a que los dioses no estaban contentos con las acciones de Ragnar. Tras la comida con la familia de la reina Aslaug, los hijos de Ragnar no se habían presentado al entrenamiento, lo cual significaba que si Seren quería hablar con Bjorn, tendría que buscarle.

Se vistió con el vestido más hermoso que encontró, sentía la necesidad de mostrarse perfecta ante el reaparecimiento de el que Freyja quiso nombrar su padre. Tardó en trenzarse varios mechones de su pelo, deshaciendolos cada vez que no los veía completamente perfectos. Pero la inseguridad que sentía por las palabras de Ragnar, de Aslaug y de Gerd necesitaba ser sustituida por seguridad en si misma. A pesar de aun ser joven, no podía obviar las esperanzas que la reina tenía en que se casase con un hijo suyo, la suposición de Ragnar de que ya se había encamado con alguno de los Ragnarssons e incluso la inquietaba la actitud de Gerd, que le había confesado sus miedos de que se casase con uno de los príncipes y le abandonase.

Con su cabeza llena de tormentos salió de su hogar con paso decidido, de lo que más podría alardear nunca, es de nunca dar un paso como cobarde. La casa de Bjorn no estaba lejos de la suya, por el camino los habitantes de Kattegat la saludaban felices de ver a su divina tan hermosa. Se cruzó con la mujer de Bjorn, lo cual la animó a acelerar el paso, que ella estuviese haciendo labores fuera de casa le daba a Seren la intimidad que adoraba a la hora de hablar con Bjorn. Abrió la puerta de la casa de este sin si quiera llamar, sin avisar, él ya estaba acostumbrado a los prontos de la chica y simplemente la recibió con una sonrisa falsa, no sentía ganas de sonreír con tantas preocupaciones encima.

— Ragnar, ¿qué opinas de todo?

— Opino que conozco a mi padre, y hará lo que sea si él lo desea, aunque supiese que va directo a la muerte.

— ¿Te ha pedido que vayas con él de nuevo?

— No.

— Lo hará, lo presiento.

Seren se acercó a la cama de Bjorn, donde el estaba sentado, y se sentó a su lado. Sabía que su amigo era un hombre de pocas palabras y sabía que no quería hablar de su padre. Ambos se quedaron en silencio, solían hacerlo, disfrutaban de su compañía sin tener que comunicarse si quiera; pero Bjorn notaba que a Seren algo le atormentaba, incluso sin que la pelirroja mencionase ninguna preocupación.

— ¿Qué piensas?

— ¿Recuerdas a Gerd?

— El chico con el que soléis entrenar, sí.

— Cuando llegue el próximo invierno hará un año que nos follamos.

Bjorn nunca había conocido ninguna historia de la joven encamándose con nadie, había oído rumores de varios borrachos, todos inciertos. El hecho de que la chica se decidiese a contarle la verdad sobre su vida sexual le hizo pensar que tenía un fondo sentimental, a pesar de andar bastante desencaminado.

— ¿Le quieres?

— Le quiero, pero no le amo.

— ¿Él te ama a ti?

— Nunca lo ha mencionado, pero anoche me dijo que tenía miedo de que me casase.

— ¿Casarte con quién?