Narra Pablo
Miriam me ha traído a una playa, lógicamente, artificial, ya que estamos en madrid. Pero es Preciosa.
Estamos los dos tumbados en las toallas, ella está boca arriba tomando el sol con los ojos cerrados mientras que yo, apoyado en mis codos, observo su carita, relajada y morena por los rayos de sol, está guapísima así y no puedo contener mis ganas y la beso, un beso corto.
M: joder Pablo! Que susto
P: JAJAJA lo siento, es que estabas demasiado apetecible así
M: calla idiota! Que vergüenza!
P: vamos al agua?
M: claro, ven vamos
Agarra mi mano y sale corriendo como una niña pequeña hacia al mar, ella se mete directa sin problema, pero a mi me cuesta más ya que estaba fría, como se nota que ella se mete en el cantabrico.
M: vamoooos
P: joder miri que está congelada
Cuando por fin consigo meterme Miriam me dice que la siga, los dos nadábamos como sirenas de h2o hasta que ella, después de tiempo buceando, sale a la superficie y yo con ella.
Encontrándome con una preciosa cueva, en la que entraban algunos rayos de sol y hacia un reflejo precioso, mire a Miriam y por La Luz de dentro se la veía un precioso brillo azul en los ojos.P: esto es precioso Miriam
M: a que si? Me encanta!
Nado hasta ella que estaba observando todo y la agarró por la cintura, ella se gira sin soltarse de mis brazos para mirarme a los ojos y engancha sus piernas en mi cintura cual koala
P: Miriam, tenemos que hablar
M: Pablo...
P: Miriam, quiero que sepas que lo de anoche, para mi, no fue un simple polvo, que fui a tu casa porque has roto mis esquemas en mil pedazos y me he enamorado de ti hasta los huesos.