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CAPÍTULO 04 33-12 TENEMOS UN NIÑO PERDIDO
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—Entonces, tengo un problema— anunció el castaño tratando de sostener el teléfono entre su mejilla y su hombro.
—¿Más grave que enterarte que tienes una hija de siete años?— preguntó Andrew frunciendo el ceño desde el otro lado de la línea.
—Dime tu ¿Qué tan grave es perder a tu hija de siete años?— preguntó esta vez Shawn, esperando a que la respuesta no fuera mala.
El canadiense caminaba de un lado a otro por los largos pasillos de la tienda.
Llamaba casi en susurro el nombre de la niña, esperando en recibir una respuesta o que mágicamente Skylar apareciera.
—Estas bromeando ¿verdad?— habló entre risas el representante del cantante —¿¡Perdiste a la niña!?— dijo en grito al no recibir respuesta alguna de parte de Shawn.
Toda esta situación era muy diferente para él, Shawn solía solo preocuparse en su persona, no le interesaban los demás.
Estaría mintiendo si dijera que no sentía miedo, seguía sin poder creer lo que estaba pasando con su vida y en la que ahora era su realidad.
Ni siquiera le había contado a su familia, a decir verdad, eso era lo que menos le importaba.
Le importaba y le preocupaba que la prensa se llegara a enterar.
¿Qué iban a decir de él? ¿En qué posición lo expondrían frente al mundo? ¿Sus ingresos serían los mismos?
A decir verdad ser un músico atractivo y además soltero y sin compromisos, por supuesto que influía en su imagen y sobre todo en las ventas que generaba con su música.
Shawn pensaba más mil y un na eras en qué Skylar iba a acabar con su carrera.
Y la realidad era que nadie tenía la culpa más que él y su forma de pensar que lo habían arrastrado a este tipo de situaciones.
—Yo la había puesto aquí— repitió por tercera vez el cantante señalando con sus dos manos un puesto a su lado izquierdo.
—Parece que no te dejé claro en lo de mantener un bajo perfil porque lo primero qué haces es venir a Target y oh si, perder a tu hija de siete años que aprecio como obra del Espíritu Santo— respondió Andrew tratando de contener la calma.
Y con tratando de contener la calma, quiere decir que estaba tratando de ocultar lo alterado que se encontraba.
Calma era lo ultimo que había en su vida desde la llegada de Skylar.
—Primero, son las diez de la noche, Andrew, hay como tres personas en la tienda y segundo, esa niña simplemente no se puede estar quieta.
—Ugh, me recuerda a alguien— comentó en forma de indirecta hacia el cantante.
—No es fácil cuidar de una niña ¿entiendes? ¿Te tengo que recordar porque no tengo ni a un pez de mascota?
Andrew decidió ignorar el último comentario del canadiense, procurando que no se le saliera alguna mala palabra, Shawn definitivamente lo estaba sacando de sus casillas, y más de lo usual.
Con toda la pena del mundo, el representante del chico fue en busca del gerente de la tienda para reportar que había perdido a su sobrina.
A lo lejos una empleada de la tienda venía acompañada de Skylar, que sostenía un pequeño carrito de compras.
—No estaba perdida, hacia lo que Shawn estuvo repitiendo que necesitaba una y otra vez en el auto— comentó la castaña rodando sus ojos.
El mayor se cruzó de brazos y miró de reojo a Shawn, soltó una pequeña risa y negó con su cabeza.
—A ti es al que debería de contratarle una niñera— dijo mirándolo fijamente.
Una niñera, si, Andrew había tenido en mente contratar una niñera que cuidara a Skylar, sin embargo, le pareció demasiado riesgoso.
Tantos años trabajando en esta industria le daban la seguridad que no podía confiar en nadie.
No era de fiar decirle a alguien más sobre la existencia Skylar como hija de Shawn Mendes.
—Estoy seguro que yo nunca dije que necesitaba un bote de helado de vainilla— dijo Shawn mirando todo lo que había en el pequeño carrito.
—Me la debes— respondió en forma de advertencia la niña.
Por otra parte, el representante del canadiense creía que por muy extrema que fuera esta situación. Esto era lo que necesitaba Shawn para centrarse en su realidad y futuro.
Shawn conforme a los años y la fama que fue acumulando lo hicieron desviarse del camino, no era el mismo de antes, la humildad y sencillez que tanto lo caracterizaban había desaparecido.
—¿En serio pensabas que me iba a quedar esperando a que terminaras de coquetear con la chica de la entrada?— preguntó Sky hacia su padre.
—Con la trabajadora de Tarjet ¿Es en serio, Shawn?— preguntó Andrew casi sin poder creerlo, acariciaba sus cienes levemente con sus dedos.
Shawn se limitó a rodar sus ojos, no entendía porque comentaban tanto de la forma en la que llevaba su vida, era problema de él, no el suyo.
Era Shawn Mendes y él podía hacer lo que se le viniera en gana.
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