𖧧 ָ࣪ 𖡼 ָ࣪ 𝑰𝒏𝒕𝒊𝒎𝒂𝒕𝒆 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒚 ♥︎ 𝘠𝘒 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥

ᴡʜᴀᴛ ᴛʜᴇ...?

En un intento de despejarme de todos los problemas que tenía en casa, que ahora presenciaba porque aun continuaba el receso escolar, decidí salir a recorrer un poco la ciudad. Las bibliotecas suelen ser lugares tranquilos, por lo que al tenerla en frente no dudé en entrar. Divagando por entre las librerías, buscando algún título entretenido, llegué al final de todo, resignado. Resoplé cuando ví uno, casi dos cabezas mas arriba de lo que lograban alcanzar mis brazos. Me invadía la vergüenza en el momento que me paré sobre las puntas de mis pies para intentar, sin éxito, alcanzarlo con el brazo derecho estirado. Me avergoncé aun más cuando un chico, algo mas alto que yo, lo saco de su lugar y me lo entregó.

—Gracias.— dije con hilo de voz.

Me dirigí a una mesa, observando cómo el chico de antes se sentaba en la de en frente. Me dispuse a leer el libro intentando relajarme y concentrarme en la historia, pero no iba a negar que sentía una mirada penetrante en mí. De tanto en tanto subía los ojos y veía al chico de cabellos negros leer su libro, tranquilo. Lo estoy imaginando. Continué con mi lectura y de nuevo la sentí, esa mirada que sentía que leía hasta mis pensamientos. Elevé una vez mas la vista y nada, solo estaba él, que ahora pude notar que en la mesa tenía un pequeño cuaderno en el que iba escribiendo, mientras observaba su libro sobre imanes y magnetismo. Debe de tener examen luego del receso. Intenté continuar con mi libro pero no pude. Esa maldita sensación de tener un par de ojos clavados en tu cuello, observando todos tus movimientos, todas tus reacciones, todo, me estaba hartando. Me iré de aquí. Regresé a la estantería donde el chico sacó el libro y lo dejé sobre otros, unos estantes mas abajo.
Pasé por el costado de un chico que dejaba también un libro en el estante y al darse vuelta para salir, chocó conmigo haciendo que cayéramos ambos al suelo. ¿Pero qué...? Todo ocurrió tan rápido que ni cuenta me di cuando el chico ya se había ido, probablemente avergonzado.

En la rápida huida, se le cayó un cuaderno. Era el mismo cuaderno del chico que se había sentado en frente mío. El mismo tenía tapas de cartón forradas con papel negro y entre las páginas había una pequeña cinta color rojo, que señalaba la última pagina escrita, supuse. Comencé a mirar hacia la puerta de salida, para ver si por milagro lo veía fuera, pero no. Me fui a casa.

Me daba mucha curiosidad su contenido. Pero no debía leerlo. No debía hacerlo. Era invadir la privacidad de los demás. Aunque, no creía que tuviera más que anotaciones. Pues estaba copiando de un libro sobre imanes. Si mal no recordaba, ese chico iba a mi escuela. Podía devolvérselo el lunes, en algún receso. Sí, eso haría. Quizás dentro tenga el nombre. Si me fijaba en su nombre, me seria mas fácil devolverlo luego.
Abrí el cuaderno, observando la bonita caligrafía de las hojas. No tenía ningún nombre o datos del dueño. Ojeé un poco las demás páginas y me detuve. ¿Qué demonios...? No había nada relacionado con la escuela, si no con alguien de ella. Comencé a leer con mas atención y llegué a la conclusión de que este cuaderno era de mi acosador. Todo calzaba perfectamente, anotaba absolutamente todos mis movimientos. Me observaba todo el tiempo.

—"Ojalá nunca encuentres esto..." ¿Es que en verdad lo encontré?

Llamé a Hoseok, debía ver esto conmigo.
Apenas tocó el timbre de casa, abrí y lo llevé del cuello de la camiseta a mi cuarto.

—Oye, si tanto querías estar aquí, podrías haberlo dicho. Sé caminar solito, Min Yoongi.

—Calla.— Le extendí el diario algo exaltado. —Mira esto.

Comenzó a leer las páginas, desentendido. Luego sus ceño se frunció, para después abrir sus ojos impresionado.

—¿No me digas que este es el diario de tu acosador? ¿Lo encontraste? ¿Quién es?

—Sé quien es, pero no se su nombre. Se le cayó luego de caer sobre mí y sa...

—Wow, wow, wow. Espera. ¿Cayó sobre ti? ¿Cómo ocurrió eso?

—Chocó conmigo y bueno, caímos... ¡Eso no es lo importante, Hoseok!— suspiré. —Se fue corriendo, probablemente porque estaba avergonzado, pero ví su rostro, se quién es.

Al día siguiente me concentré en ver a los chicos que estaban en sus casilleros. Alguno debía ser el chico, el tal JK.
Un chico de cabellos negros abrió su casillero para dejar unos libros y lo ví tocar todos sus bolsillos, de la campera, mochila, hasta el pantalón. Luego suspiró. Él debe ser. Me acerqué a paso tranquilo hasta quedar a su lado.

—Hey.— dije, se asustó. Me observo sorprendido. —¿Buscabas esto?— Le mostré el diario.

—S-si...— musitó. —¿Puedes devolvérmelo?

—Mm...— sus ojos parecían los del Gato con botas, me dio algo de pena. —Debemos hablar primero, ¿no lo crees?

—¿Por q...? Oh. ¿Lo leíste?— Se lo notaba nervioso. —Puedo explicarlo.

—No quiero que lo expliques.— dije tranquilo. —Ven.

Fuimos a la biblioteca ya que no es muy recurrida. Nos quedamos en una esquina y comenzamos a mirarnos. Él habló.

—¿No estas enfadado, hyung?

—De haber sabido que eras tú en un principio, tal vez hubiera reaccionado de otra forma. Pero... Fue algo... Divertido intentar adivinar quién eras.

—¿Hubo algo que te molesto?

—No.— dije. —Sólo quiero saber por qué yo.

—Creo que las hojas hablaron por sí solas.— sonrió tímido, bajando la cabeza.

—Te gusto, lo sé. Pero, ¿por qué?

—No lo sé. Me pareces bonito y... Siento que, si bien por fuera aparentas ser un chico rudo e indiferente, por dentro eres un algodoncito de azúcar que sólo necesita algo de apoyo y cariño.— reí, su comparación me hizo gracia.

—¿Me ves como un algodón de azúcar?

—Sí.

El chico estaba nervioso. Se le notaba en el rostro. Intenté no parecer el típico amargado de siempre para no pincharle el globo tan pronto. Parecía buen chico, con buenas intenciones y humildes sentimientos.

—¿Cómo te llamas, niño?— pregunté, teniendo en mente las siglas que él dejaba como indicio.

—Jeon Jungkook.

—¿Y a qué año vas?

—Primero.

Suspiré.

—Al final... Tenías razón.— Le dije a Hoseok que estaba a mi lado al final del día. —Resultó ser el chico de primer nivel.— él sólo rió.