n u e v e

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Jaemin para su pesar, sabía muy bien que acababa de arruinar el progreso que había logrado con su alfa en los últimos días. Y todo gracias a sus estúpidos celos. Pero, no podían culparlo del todo. Se había sentido lastimado de sólo pensar que Jeno estaba tratando de jugar con sus sentimientos. Después de todo, no era el primero en querer intentarlo.

   Había tenido una que otra aventura a lo largo de su descubrimiento como omega. Por desgracia los alfas con los que había buscado el dichoso clic no eran más que tontos que lo único que deseaban eran marcarlo para posteriormente presumirlo como si fuera un trofeo. Jaemin estaba harto de tener que lidiar con eso. En consecuencia, dejó su búsqueda en paz, limitándose a disfrutar de su soltería.

   Hasta que Jeno apareció.

   Y cuando por fin todo andaba bien entre los dos, tuvo que meter la pata. 

   Jaemin aseguraba que ambos estaban destinados, pero... ¿Y ahora como arreglarlo? 

   —Jae, ¿Qué pasa? Te veo distraído, ¿te encuentras bien?

   Su profesora de literatura, una omega cariñosa y comprensiva, se acercó hacia a él y le acarició las mejillas con cuidado. Tan profundas habían sido sus reflexiones que olvidó por completo que se encontraba en clase.

   —S-sí, lo siento.

   —Muy bien, pero si te sientes mal no dudes en levantar la mano, ¿de acuerdo?

   Jaemin asintió torpemente y trató de escuchar el resto de la clase sin auto sabotearse. Al terminar tomó sus cosas y corrió hacia el baño para refrescarse la cara. Necesitaba dejar de mortificarse y comenzar a buscar una solución antes de que el problema se volviera más grande.

   Las siguientes horas de clase pasaron con lentitud y por desgracia, no pudo concentrarse como debía, menos hablar de encontrar una solución. Lo único que tenía bien claro era que quería ver a Jeno para pedirle una disculpa. Y como eso sonaba bastante bien para comenzar, en cuanto el profesor de matemáticas les dio un pequeño receso, el omega no dudó ni un poco en salir y buscar a Jeno por los pasillos, con los ojos bien abiertos y el corazón latiéndole con fuerza.

   Después de una exhaustiva busqueda, por fin lo encontró.

   Pero no estaba solo. Y antes de que sus celos irracionales regresaran de nuevo impidiéndole hacer las cosas como debía, recordó lo que Jeno le había dicho; agudizó sus sentidos y se dio cuenta de que efectivamente estaba en compañía de su hermano (a juzgar por su aroma de omega similar al de él).

   El chico a su lado poseía la misma ternura de Jeno, pero multiplicada por mil. Era más alto que él y tenía una sonrisa de incisivos muy linda. Jaemin creía que eran parecidos, pero no tanto como se esperaría de un par de hermanos.

   Así que sin querer interrumpir y esperando pasar desapercibido, Jaemin se pegó a la pared y fingió leer los anuncios de la pizarra que estaba en el pasillo, mientras agudizaba sus oídos, esperando encarecidamente comprobar su teoría.

   Así que sin querer interrumpir y esperando pasar desapercibido, Jaemin se pegó a la pared y fingió leer los anuncios de la pizarra que estaba en el pasillo, mientras agudizaba sus oídos, esperando encarecidamente comprobar su teoría

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I wanna be ❝NoMin❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora