|C U A R E N T A Y O C H O|

793 89 37
                                    

Hanbin apretaba los puños e intentaba evitar cualquier contacto visual con la persona que se encontraba delante de él. Respiraciones profundas eran las que controlaban sus ganas de gritarle para que se alejara de él, especialmente para no escuchar su voz.

Cuando no pudo soportarlo más, giró su cabeza para mirar a Donghyuk, y la conversación que mantenía fue interrumpida.

Jinhwan frunció el ceño y llamó la atención del rubio.

─Shh~ ─Señaló con sus ojos que el maestro estaba por iniciar la clase, pero Jinhwan no le tomó importancia.

─Hanbin no es tu dueño para que te prohíba hablar conmigo.

─Dile al enano que no te prohíbo hablar con nadie ─Hanbin le dijo a Donghyuk─. Pero me fastidia escuchar su voz y tenerlo a dos metros de mí.

─Dile a tu amigo que está siendo un inmaduro.

Donghyuk suspiró poniendo los ojos en blanco.

─Dile al enano que no me interesa saber lo que piense de mí.

─Los dos están siendo inmaduros. Cállense ─Donghyuk les dijo y se enfocó en la clase del día. Jinhwan y Hanbin se dedicaron miradas fulminantes, y el primero finalmente se dio la vuelta sobre su asiento.

Hanbin intentó calmar su enojo. Siempre era lo mismo. Ver a Jinhwan durante las clases que compartían juntos lo irritaba, e intentaba mantener la calma con todo su ser. Por el momento lo estaba logrando.

Hanbin se fue directamente a la azotea de la escuela cuando llegó la hora del almuerzo. Comió un poco mientras observaba el patio trasero, y por momentos observaba la puerta de la azotea, esperando que se abriera y saliera la persona que más deseaba ver. Pero era imposible. Jennie ya no iba a la azotea después de encontrarse con él dos veces en ese lugar.

Estos momentos le sentaban bien para analizar. No podía creer el cambio que estaba dando su vida, sus relaciones, sus emociones, sus sentimientos. . . . Había perdido a algunas personas en el transcurso del tiempo, pero los lazos que compartía con otras se habían vuelto más fuertes, y eso era todo lo que le importaba.

Su corazón casi se detuvo al escuchar la puerta abrirse y tuvo miedo de girarse a ver quién había llegado. Escuchó suaves pasos acercarse a él, provocando que su corazón latiera más rápido.

─No puedo entender cómo te gusta este lugar ─Era la profunda voz de Bobby. Se detuvo a su lado mirando hacia el patio trasero. Pero pronto se mareó así que se dio la vuelta.

─Todos tenemos un lugar en este infierno que nos gusta. Yo tengo la azotea, tú tienes el teatro, Yunhyeong tiene la biblioteca. . . .

Bobby asintió mientras lo observaba, y un silencio se formó entre ambos. Hanbin mantenía la mirada en el horizonte mientras que Bobby examinaba el rostro de quien alguna vez fue su amigo cercano.

─Te has apartado.

─Necesitaba tiempo ─Hanbin respondió después de unos segundos.

─Fue un error, y lo lamento ─Bobby se sinceró, esperando que Hanbin no lo odiara a él también por algo terrible del pasado.

No quería perderlo, no como Jinhwan ya lo había perdido. Hanbin, aún con sus defectos, era uno de los mejores amigos que alguna vez pudo pedir. Siempre estaba ahí para cada uno de los chicos, los defendía a la muerte, los cuidaba, los guiaba, y los fastidiaba hasta el punto de querer golpearlo. Aunque claro, esto último les era casi imposible hacerlo sin miedo a ser golpeados peor.

Hanbin se mantuvo en silencio, y Bobby temió que no aceptara sus disculpas.

─No nos abandones por algo que ya está en el pasado ─Bobby murmuró, y al recibir silencio nuevamente por su parte, creyó que era el momento de dejarlo solo.

Return {iKON & BlackPink}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora