|C U A R E N T A Y N U E V E|

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La nueva música del mes sonaba por las bocinas que se encontraban alrededor del restaurante. Lisa bailaba levemente al ritmo de las canciones y cantaba en voz baja. Desde su puesto de trabajo observaba a sus compañeros trabajar arduamente. El restaurante estaba ocupado, y aunque Lisa podría estar muy estresada, intentaba mantener la calma. No soportaba el estrés, y Seunghoon le había dicho que se ponía como una bruja cuando se agobiaba.

Y hablando del rey de Roma. . . El chico se acercó a ella al entregarle una cuenta, y con una sonrisa se apoyó en el mostrador, intentando verla a los ojos.

─¿Qué pasa? ─Ella preguntó con una risita mientras transmitía el pago de los clientes.

─Estás hermosa hoy ─Los ojos de la tailandesa se abrieron en sorpresa y el rubor se plasmó en su rostro, causándole una risa avergonzada─. Me gusta cuando llevas el cabello recogido. ¿Cómo es posible que tu rostro sea tan pequeño? ─habló asombrado mientras la tomaba del rostro con sus manos. Lisa reía levemente, no pudiendo soportar el ardor en sus mejillas que él le estaba causando.

Al otro lado del restaurante, limpiando una mesa recién desocupada, Donghyuk los observaba con irritación. Que Seunghoon continuara hablándole a Lisa lo fastidiaba, y preocupaba.

Se acercó a ellos y empujó a Seunghoon para enfrentar a Lisa. La chica lo miró deteniendo su risa.

─¿De casualidad tienes pastillas para el dolor de cabeza? ─Lisa asintió inmediatamente y le indicó con la cabeza que la siguiera. Donghyuk fulminó a Seunghoon con la mirada antes de ir detrás de ella.

En la habitación de empleados, Lisa buscó una pastilla para él en su mochila y se la entregó. Donghyuk le agradeció. Llevaba toda la tarde con dolor y eso le estaba afectando a su productividad.

─Si quieres puedes descansar aquí por un rato. Ahora mismo no estamos muy ocupados ─Lisa le sugirió, y una sonrisa se formó en el rostro del rubio por lo atenta que era.

─Gracias, pero estoy bien ─Le sonrió dulcemente y ella le devolvió la sonrisa.

Cuando volvieron al restaurante, se sorprendieron del gran grupo de personas que recién había llegado, y que ocuparon la mitad de las mesas disponibles. Seunghoon ya se encontraba situandolos y uniendo unas mesas para poder estar juntos.

Y aunque los jóvenes creyeron que no estarían ocupados por la noche, estuvieron bastante equivocados. No solo llegó un gran grupo de personas hambrientas, sino que el resto de las mesas se llenaron por más clientes. Todo ocurrió al cabo de varios minutos.

Habían niños correteando por el restaurante, y algunos otros llorando, y mientras Lisa estaba ocupada trabajando, Seunghoon observaba a los pequeños humanos con fastidio. Donghyuk, de lo contrario, intentaba mantener la calma ante el desorden, y lograba bromear un poco con los pequeños. En un momento, uno de los niños dentro del gran grupo de personas lanzó su bebida al suelo, y Seunghoon suspiró pesadamente para ir a limpiarlo.

─Lo lamento mucho ─su madre se disculpó con Donghyuk, quien estaba cerca. El chico sonrió despreocupado.

─Descuide. Ahora mismo lo limpiaremos.

Seunghoon llegó a su lado y le quiso entregar el trapeador, mas Donghyuk lo miró a los ojos y se alejó de él para continuar atendiendo mesas. Seunghoon gruñó para sus adentros y prosiguió a limpiar.

Lisa no quiso estresarse, pero al pasar las horas, y que el restaurante seguía completamente lleno, con varios leves problemas surgiendo tanto entre los clientes como en la cocina, no pudo evitar estresarse. En estos momentos estaba lidiando con un trabajador de servicios a domicilio, y quien no parecía entender lo que le decía.

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