notes；yang jeongin.

5

– ¿¡ Me estás diciendo que mi admirador secreto es uno de tus mejores amigos?!¿¡Y no lo sabías?! –mi cerebro ya no funcionaba, mí admirador había pasado de ser Kim Seungmin a ser Bang Chan. Christopher Bang.

– A ver respiremos, tomemos aire –ambos cogimos todo el aire que nos cabía en los pulmones pero los dos seguíamos pálidos.

– Dios mio necesito agua –dije para levantarme y dirigirme a la cocina de mi amigo dónde me serví un vaso de agua, necesitaba refrescar mi organismo y mis ideas...

– A ver Hye, pensemos en nuestro nuevo plan –entro Changbin a la cocina con la nota en la mano–, está vez nos cercioraremos desde el primer momento.

– Se supone que conseguir información de él sera más fácil, ¿no? –dije mirando la nota que aún estaba en sus manos.

– Mañana nos reunimos y voy a tener que ver su letra sí o sí, llevaré la nota conmigo y las compararé en un momento que esté despistado –lo que explicó era lógico y hasta podría funcionar.

– Si necesitas mi ayuda para entretenerlo ya sabes que con un mensaje estoy allí volando –le dije un poco más relajada.

Christopher no era un mal chico, para nada. Changbin siempre me habla maravillas de él, pero el aura que emanaba de él tanto en el aula como en los pasillos era tenebrosa.

Solo de imaginar cómo sería el roce de su piel pálida y su mirada gélida me herizaban los pelos.

Felix y él eran totalmente opuestos, aunque su química era inigualable, estaban muy unidos. La excusa de que ambos vengan del mismo lugar, entrelazó sus caminos.

(...)

A

la mañana siguiente había quedado en una cafetería cerca del instituto con Seungmin para devolverle los apuntes e invitarlo a desayunar para agradecerle el favor.

– ¡Hola Seungmin! – lo saludé animadamente desde la mesa.

– ¡Hola Hye! –me saludó de vuelta, mientras se sentaba–. Siento llegar un poco tarde.

– ¡Que va! Llegas justo a tiempo –dije antes de que el camarero se acercará a preguntar  que deseábamos.

Después de acabar el desayuno y charlar por un rato, saqué sus apuntes con delicadeza de mi mochila y se los entregué.

– ¡Aquí tienes Seungmin, muchas gracias!

– ¡No hay de que! –con una sonrisa los guardo en su mochila.

Después de eso nos levantamos para pagar y aunque Seungmin tenía intención de hacerlo, lo detuve.

– Hoy invito yo –le digo retirando su mano con dinero, con un gran sonrisa. Pude notar un leve sonrojo en sus mejillas mientras asentía ligeramente con una sonrisa.

(...)

Las dos primeras horas, sorprendentemente, pasaron rápido.

Las vacaciones de verano estaban a la vuelta de la esquina y teníamos los exámenes finales acabados, cosa que en esos momentos agradecía demasiado...

¿Volverá a pasar otro año sin conocer quién es la persona que me escribe esas notas?

Hace días que no recibo ninguna...

¿Le habrá pasado algo?¿Se daría por vencido al expresar sus sentimientos?¿Cómo voy a corresponderle si no se quién es?¿Por qué no dará la cara?

Estaba absorta en mi mundo cuando de repente escuché una voz.

– ¡Choi Hye! –me llamó Lee Minho, yo solo dirigí mi mirada hacia él– Tengo que cerrar el aula, deberías salir –me señaló el pasillo–. A menos que tengas algún fetiche raro de quedar encerrada en aulas –se río, su risa era contagiosa así que mientras recogía para salir de clase me reí junto a él.

– ¡Gracias y adiós Lee Minho! –le dije al pasar por su lado cuando salía del aula, a modo de despedida le di un pequeño toque en el hombro.

Pude ver cómo me dedicó una de sus bonitas sonrisas, yo le hice lo mismo, para luego dirigirme a mí club de arte.