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Los mensajes de Changbin me habían llegado justo cuando la profesora empezó a explicar el proyecto de hoy, pero desconecté totalmente por las vibraciones que provenían de mi móvil.
Desesperada le pregunté a mi compañero de mesa, Yang Jeongin.
-Jeongin, disculpa que te moleste, pero... -con nervios rasqué mi nuca-¿Que acaba de decir la profesora que tenemos que hacer?
-¡Hye tú nunca molestas! -un color rojizo apareció en sus mejillas junto con una cara de sorpresa-Sobre lo que dijo la profesora, tenemos que hacer un retrato de nuestros compañeros de mesa.
-¡Genial! -dije con emoción.
Amaba dibujar y sobre todo personas, siempre me fijo mucho en los pequeños detalles para dar más realismo a mí dibujo.
-Esta bien alumnos, ¡manos a la obra! -dijo la profesora para dar comienzo al ejercicio.
Estaba concentrada fijándome en las facciones de mí compañero mientras trazaba las líneas. La forma de sus ojos era única y sus pequeñas pestañas le favorecían la mirada.
La cercana voz de la profesora me sacó de mi pequeña burbuja.
-Dios mio Jeongin, tus detalles son increíbles, acabas de reflejar a la perfección toda la esencia de Hye -elogió la profesora a mí compañero.
Con disimulo miré su dibujo y debía admitir que Yang Jeongin tenía un talento especial a la hora de dibujar.
-Hye, como siempre, fijándote hasta el último detalle -me sonrió con cariño la profesora-. Sin duda, no me arrepiento de haberos sentado juntos, ambos tenéis estilos artísticos complementarios.
Miré a Jeongin y pude observar como cuando miraba a la profesora elogiandonos, sus ojos brillaban.
Después de esa pequeña conversación con la profesora, seguimos con nuestro retrato, dándole los últimos toques hasta que la clase se acabó.
-¡Yang Jeongin! -lo llamé antes de que saliera por la puerta del aula.
-¿¡Ah?!...¡Hye! -se giro con sorpresa.
-Tú técnica es increíble Yang, te lo digo totalmente enserio, me quedé enamorada con el retrato.
-Por dios llámame Jeongin, mí apellido me incomoda un poco -rascó su nunca tímidamente.
-Está bien, Jeongin -le dediqué una dulce sonrisa.
-Sobre lo del retrato, muchas gracias, pero tú eres mucho mejor.
-No digas eso, eres buenísimo.
-Pues que sepas que tu también lo eres -me sonrió.
-Espero hablar y dibujar más veces contigo Jeongin.
Entre charla y charla, llegamos a nuestra aula y algo hizo click en mi cabeza.
-¡Ay dios, Changbin! -chillé haciendo que Jeongin se sorprendiera-¡Jeongin debo irme, adiós! -y de la nada me esfumé de su lado al salir corriendo hacia el club de Changbin, rezando para que el tampoco hubiera salido a buscarme.
