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El tiempo se congeló por unos instantes entre nosotros. Como si se hubiera abierto una brecha en el espacio, y el aire de pronto fuera denso.

Mamá, ataviada de un vestido azul electrico, maquillaje de noche, cabello arreglado y más hermosa que nunca.

El señor Rodriguez, enfundado en un traje elegante, con las facciones toscas y delicadas en su piel morena.

Yo, simplemente parado ahí, con preguntas... Y más preguntas.

El aire se atascó en mi garganta, y mis ojos pasaron de mi madre a el señor Rodriguez en una fracción de segundo.

-¿Qué hace él aqui? -siseé, más para el señor Rodriguez que para mi madre

-Él... -empezó mamá, pero el señor Rodriguez y yo no habiamos roto el contacto visual ni por una milesima de segundo.

Sentia como si pudiera fulminarlo con la mirada y, cuando estuve a punto de hablar, él tomó la palabra

-Creo que no hemos tenido un buen comienzo, chico. Mi nombre es Armando Rodriguez y...

-Ya sé quien eres, y eso no cambia nada.

-¡Alex! -exclamó mi madre lanzándome una mirada con la que usualmente me obligababa callar

Pero yo ya habia callado mucho, más de lo que quisiera

-Está bien Margaret -dijo él. Odié la forma en que el nombre de mamá se escuchaba en sus labios. Se sabia incorrecto y sucio. Me dió asco.

-No, no está bien. No tienes el derecho a venir a esta casa

-Suficiente -cortó mi madre, y aunque su mirada mataba, yo estaba echo una rabia.

Armando y yo seguimos mirandonos, yo apreté la mandibula para no seguir hablando. Podia ser un idiota, pero sabia que Armando no habia hecho nada -aún- y que gritarle, no evitaria las cosas que -sabia con demasiada certeza- ocurririan pronto.

Me enderecé sobre mi mismo, puesto que habia estado apoyado sobre la mesa revisando esos documentos que ahora habian pasado inadvertidos.

Armando rompió nuestra conexión visual para mirar a mamá y, ella le devolvió una mirada dulce, en disculpa.

-Nos vemos despues, Mary -dijo y le besó la frente

Me tensé por completo.

Apreté la mandibula e inyecté todo el veneno que pude ser capaz de mostrar en esa fracción de segundo en la qje Aemando me dirigió una ultima mirada antes de desaparecer tras la puerta.

Mamá cerró la puerta y, el ambiente adquirió un nuevo nivel de tensión.

Me encaró, y yo tambien la encaré

-¿Qué ocurre contigo? ¿Por qué te pusiste así? ¿A qué viene todo eso? - mamá me atiborraba de preguntas. Pero en mi mente, la escena en la que ella dejó que el señor Rodriguez le besara la frente y le tocara la cintura, se reproducia a cada milisegundo

-Solo tiene unos meses muerto -dije, con un dejo de tristeza.

Queria reclamarle, pero me sentia tan enfrascado en este sentimiento de haber sido traicionado que, me desmoronaba a cada segundo.

Despues de ti, yoWhere stories live. Discover now