CAPÍTULO 01

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Estaba nerviosa, mis manos sudaban y mis pies no podían estar tranquilos. Tengo que decirles, deben de saberlo.

-Creo que... -La oración se queda a la mitad, no se si deba hacerlo y si es lo correcto pero es algo que quiero hacer. - Isaac llamó.

Suelto de una captando la atención de ambos hombres, tengo un par de ojos chocolates mirándome y unos azules, me siento algo intimidada ya que estaba sentada en el sofá y ellos me miraban desde arriba.
El rostro de ambos mostraban curiosidad por el nombre de cierto rubio. Dejan lo que estaban haciendo en el escritorio y ponen toda la atención en mi.

-¿Qué quería? -habla Derek.

Mi boca se queda abierta, hace unos minutos estaba segura de lo que había decidido pero ahora, al mirarlos no me creo tan capaz se hacerlo. No tengo la fuerza de voluntad para abandonar a mi familia.

-Su nueva vida como cazador está yendo de maravilla. -Le respondí y le sonreí, evitando a toda costa la verdadera razón de su llamada.

-Eso es bueno, que fuera de aquí este haciendo algo bueno. -Derek vuelve a tomar los papeles que había dejado y frunce el ceño. -Como sea, yo tengo cosas que hacer.

Toma su chequeta y las llaves de su auto.

-¿Llegarás tarde? -Pregunto antes de que salga.

-No me esperes despierta.

Derek se fue dejándome con Scott y apenas estando solas el moreno me da una mirada algo curiosa. Se cruza de brazos aún con sus ojos fijos en mi, me esta incomodando.

-Se que soy realmente hermosa pero no me mires tanto.

-Isaac no solo llamó para saludar, ¿me equivoco?

Suspiro. Niego sin decir una palabra. Detesto que Scott siempre sabe lo que pasa.

-Me pidió que fuera con él.

-¿Y tú quieres ir?

-Ira a Forks...

Se queda en silencio.
Forks mi antiguo hogar, mi gran infierno del que he huido desde que sucedió lo de mi hermana. Todos saben la historia y lo mucho que me sigue afectando hoy en día, no como antes porque gracias a ellos he sabido superarlo poco a poco pero no del todo. Lamentablemente era una cicatriz muy grande.

Baja la mirada, su semblante cambió a uno más calmado.
Se acerca al sofá y se sienta justo a mi lado derecho.

-¿Quieres ir?

Suspiro.

-Creo que si. -Susurro pero es capaz de oírme.

-No estas segura. -Afirma con seguridad.

-No es eso Scotty. Es solo que tengo algo de miedo.

-¿Miedo ha qué?

-Miedo a enfrentar lo que tanto me ha atormentado. Miedo ha irme y dejarlos.

Él deja de mirarme, ahora mira a la gran ventana como si estuviera pensado en todo lo que dije.
Suspira y vuelve a poner esos ojos chocolate que tanto me gustan.

-Somos una manada... -Deja la oración a medias. Nuestros ojos conectan.

-Somos una familia. -Termino por el la oración.

Scott muestra una sonrisa sincera.

-Ve, soluciona lo que debes y ayuda a Isaac. Nosotros estaremos aquí esperando, siempre estaremos para ti.

Para este puntos mis ojos están cristalinos y peor aún cuando Scott toma mi mano y le da un apretón de apoyo.

-Pero tienes que decirle a Derek hoy mismo.

Rayos, había olvidado eso por un segundo.

Estaba ordenando cosas del escritorio, estaba concentrado en ello y esta es mi única oportunidad que tengo para decirle.
Derek había llegado en la madrugada y yo esperaba por el, Scott me condicionó que para mañana en el mediodía Derek debería de estar enterado de lo que haré. Así que aquí estoy.

-Isaac no solo llamó para saber cómo estaban las cosas. Llamó para pedirme ayuda.

Sin verme y sin dejar lo que hacia me pregunto.

-¿Qué tipo de ayuda?

-Con unos avistamientos de hijos de la luna y uno que otro vampiro.

Me mira y eleva una de sus cejas poniendo su cara de duda.

-¿Llamo solo para que lo ayudes a cazar? Pensaba que se le daba bien eso por si solo.

Vuelve a poner su atención en los papeles, así que es buena idea soltarlo de golpe a que sea lento y tedioso.

-Me llamo porque irá a Forks. Chris habló con el consejo de su tribu y será recibido con condiciones.

Se queda quieto, su ceño se frunce y veo como su cuerpo se tensa.
Eleva la mirada y sus ojos azules chocan conmigo.

-No irás.

-¿¡Qué!?

-Que no irás. No volverás a ese lugar.

Me enoja su reacción, esperaba que me dije que estaba loca y que era muy imprudente de mi parte pero jamás que me prohibiera ir.
Él se da cuenta de mi enfado y continúa hablando.

-¿Qué quieres? ¿Recordar algo que tanto daño te ha echo, volver con tu familia o quedarte haya? -Su voz salió con enfado. Esta alterado.

-Necesito ir. No porque quiera buscar a mi familia o recordarme algo que ya he superado. -Aún sigue enfadado y yo también. -Solo quiero ir y terminar por cerrar la herida.

Baja la mirada y puedo lograr ver que sus ojos muestran lo mucho que le pesa esto.

-Si te vas no podré ir contigo. No ha ese lugar, sabes que los hijos de la luna no pueden pisar tierras Quileutes.

Por un segundo me pongo a analizar un poco su reacción.

-Tienes miedo. -Evade mi mirada porque tengo razón. -¿Por qué? -preguntó.

Se queda en silencio, cierra sus ojos por unos segundos y suspira.

-No quiero que vuelvas a convertirte en algo que ya no eres por volver ahí y porque... tengo miedo que no vuelvas. Tal vez las cosas te salgan bien y encuentres a tu verdadera familia, que no vuelvas. No quiero que me dejes.

Lo último lo susurró y fue casi inaudible.
No digo nada y no porque no quiera, me sorprendió lo que dijo al último.

-Mi verdadera familia eres tu y la manada. Jamás los dejaría.

Sara UleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora