Capítulo 4: Cenizas

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Fue una noche dura...

A la mañana siguiente las mujeres desesperadas corrían donde yacían mis cenizas. Y los hombres felices se acercaron, todos sorprendidos al ver que mi preciado cabello estaba intacto al igual que mi cabeza, todo el resto de mi cuerpo fue hecho cenizas ferozmente.

Al cabo de unos instantes se dieron cuenta de que mi cabello no paraba de crecer y crecer, asustados todos me arrojaron al mar, pobre de mi cabeza.

Deambulo por los mares pero no tardo en volver a la orilla nuevamente, por mi fortuna los aldeanos ya no estaban en aquel lugar, de seguro se habían ido a sus casas.

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Pensamiento:

"Feliz, feliz me encuentro hoy, vi pasar a unos de mis amigos el que está casado. Pero él no me pudo ver, sentir, ni tocar.

Los otros dos no han aparecido todavía, pero que felicidad verlos. Un perro me vio mejor que ellos y hoy se acercó y me dijo, que pasaba. Yo tristemente lo mire y le conté lo sucedido, el pobre no sabía qué hacer y lo que más pudo hacer fue correrme hacia el precioso y brillante sol. Gracias amigo perro.

El día, el sol, las olas, las aves, los peces, hoy por fin los eh vuelto a sentir y escucharlos. No es la manera en que me gustaría pero es suficiente para mí."

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Una mañana se asomó un pescador de la aldea y sorprendido corrió a avisar. Todos llegaron, los hombres muy enojados trataron de cortar mi cabellera, que hasta ese día no paro de crecer.

Al mismísimo contacto con el cuchillo, todo se hizo añicos, convirtiéndose en una roca gris y fuerte, del mismo color que las cenizas y mi cabellera.

Esta fue la más fuerte de todas a pesar de su tamaño, trataron de sacarla, pero nadie ha podido sacarme de esa playa, a excepción de mi amigo perro, todo el mundo me ve y los veo pero nadie me siente, me ve y pocos me tocan.

Pero mis amigos aun no los tengo.

Todos ven, sienten y tocan a esta pobre roca, que alguna vez fue el cuerpo de...

Mike Varg Hungs

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Una mujer de la aldea:

Yo sé que paso, esta pobre roca al igual que tantas de ellas que están en la orilla, son almas que no pudieron completar sus deseos, están a la espera eterna varios de ellos de sus queridos amigos, familiares, novios y novias, ante todo aquel que les dio amor en su vida, tal como Mike, el poquito de felicidad que le dio ese perro le llego, es por ello que la piedra se achico un poco más, las piedras más grandes son las que guardan un mayor rencor, tristezas, lamentos y mucho más, al igual que no son levantadas, solo por los que realmente estén en su presencia con un pensamiento puro, no malo.

Pero Mike, espero a sus pobres amigos.

Un día Mike la pobre roca, esperando estaba, lleno de anhelos y a su vez, desesperanzas, incluso de mayor tamaño ya estaba. Cuando sus amigos pasaron ya no uno, ni dos, si no, que los tres preciados amigos.

Mike muy feliz los vio, pero ellos no podían verlo, hasta que uno de los amigos tropezó con aquella roca. Algo hizo que él y sus amigos lo sintieran y Mike fue feliz. Ellos lo dejaron y se fueron.

Con los años su madre ya muy anciana, llego y con un solo vistazo supo que Mike yacía en ella, la tomo, la froto y apretó con sus últimas fuerzas su puño, sentada en la orilla del mar,  Mike y su madre cedieron y ambos fusionados como una roca y una bella flor de felicidad eterna...

Este es el fin del caso de Mike.

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Yo:

"Querido diario,

Ya soy feliz."

"Y gracias Sol, gracias Luna por estos días de mi vida."

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Fin

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(Este es el fin de mi cuento breve, espero lo hayan disfrutado mucho y espero sus comentarios con ansias. Gracias por el apoyo.)

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⏰ Última actualización: Jul 26, 2019 ⏰

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