Cap.6

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Día 22

Dos días me bastaron para sentir morir. Entré a la facultad de arquitectura lo bastante distraido; no me preocupe por socializar en lo mas minimo e ignoraba a cualquier tipo de persona que se me acercara. Temia que al abandonar mi vida social, me volviera loco sin su prescencia. No sé cuándo y cómo me enamoré de ella. Pero por alguna razón necesitaba que estuviera conmigo. Llegué a casa con un cansancio extremo, así que lo primero que hice fué cenar y después tome una larga ducha. No dejaba de estar en mis pensamientos, escuchaba su voz, su sonrisa, sus berrinches y esa voz cuando peleabamos. Todo tan perfecto. Me acosté en la cama y mire por la ventana las escasas estrellas que se podían alcanzar a apreciar en el cielo oscuro. Di unas cuantas vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, hasta que apareció ella. Mi razón para poder sonreir. Estaba sentada en el marco de la ventana –que era una especie de sillon-su cara se iluminaba con la luz de la luna y sus ojos brillaron cuando se encontraron con los mios. Comprendí lo mucho que me gustaba ver su rostro y esos labios rojos que me pedian a gritos un beso. -Hey... linda.-Dije y en un brinco llegue a sus brazos. –Te extrañe.-Murmure en su oido rodeandola por la cintura. Ella sollozó en mi hombro y yo sentí una incomodidad inmensa. -¿Pasa algo?-Tome su mano y la besé. -¿Que pasó, Jess?-Pregunté sentandome a su lado. Ella limpió sus lagrimas y cubrió su cara con las manos. Yo las quité y besé su mejilla, luego pase mi brazo por sus hombros haciendo que su cuerpo quedara recargado al mio. -Nada.-Contestó negandose con la cabeza. -Oh vamos, hermosa.-Supliqué. Ella me miro a los ojos. -¿Desde cuando eres tan amable? -Desde que te desapareciste estos días. Ella se quedó seria mientras jugaba tiernamente con mi mano. -Me extrañaste.-Murmuro sonriente sin despegar su vista de nuestras manos. Yo reí y asenti con la cabeza. -Sí, un poco.-Contesté nervioso. -¿Donde estuviste? -En otro lugar desconocido para ti.-Dijo mirandome tiernamente. –Fuí a comunicarme con el señor. -El señor.-Recalque. -Sí, aun tengo penas por cumplir.-Mordió su labio inferior y acarició mi mano. -¿Ah si? ¿Que falta? -El señor me mostró el reglamento y esta prohibido enamorarse de gente con vida.-Dijo evitando mi pregunta. Me quedé callado preguntandome a mi mismo si esa respuesta era alguna indirecta hacia mi. Pero luego pensé en Robbie. -Lo dices por Robbie... Ella asintió y sentí como si mi corazon se partiera en miles de pedasitos. Solté su mano y junte las mias. -El es mi mejor amigo y desde ese día que bailamos juntos; yo sabía exactamente que lo amaba. Amigos desde hace mas de seis años. Yo suspiré y deje caer mis cabeza entre mis manos. Me sentía muy dolido, mi corazon estaba roto y de alguna forma, necesitaba verla aunque fuera doloroso. -Una de mis penas es esa, mi amor por el. -Oh.-fue lo único que pude decir en reaccion de mi dolor. Ella me miro con esos ojos tan hermosos que de pronto senti un escalofrio recorrer mi cuerpo. Me estremecí. -Lo siento.-dijo ella con voz consoladora. -igual se que jamás habrá algo con él. Yo asentí lentamente sin poder responder nada. -Así que... ¿Como te fué en el primer día de clases?-Preguntó en busca de algún tema de que hablar. -Bien. -Me alegro. Imagino que ya tienes amistades nuevas. Ja-ja. Estuvo buena esa. ¿Yo? ¿De sociable? Puedo hacer miles de cosas menos socializar, mas aparte de ignorar a todas las mujeres que se me insinuaban. ¿Pero todo por qué? Por la culpa de Jessica. Me tenía en una burbuja de aire donde era una especie de protector que me hacia alejar a cualquier persona.

Entre las alas de mi angel (Niall y ____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora