cap.8 PENÚLTIMO CAPÍTULO c':

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Día 15

Hey miren, ¿Me recuerdan? Soy Niall. Niall Horan. El chico que se enamoro de una alma en pena.

Día quince. Restan solo algunas cinco horas sin ella, y no ha aparecido. La extraño. Siento que una parte de mi cuerpo se esta desgarrando lentamente. ¿Mi corazón? Creo que lo arrancaré. Estoy pensando muy seriamente en hacerlo. ¿Y mi Jessica? Prefiero no hablar de ello. Estaba en un estado depresion grande donde solamente me dedicaba a llorar aquí y alla. Mi unica salvación era dormir o tomar pastillas tranquilizantes. Así que la mayor parte del día estuve en una especie de estado vegetal -o sea sin ningun humor alguno-. Esperé a Jessica en casa hasta las siete y media de la mañana, y como no apareció, decidí irme a la facultad. Las primeras tres clases las pasé completamente distraido y no hablé ni con Zayn ni con Marie. En la hora del desayune no me atreví a tocar ningun pedaso de comida, así que solo jugueteé con el tenedor y la pasta. Los gemelos Malik platicaban y hacian el intento de incluirme en el tema pero yo solo trataba de esquivar todas sus preguntas con un "sí", "no" o un "no lo sé", una que otra vez no me preocupé por contestarles. Para no escuchar sus platicas me puse los audifonos y apenas asi me pude salir un poco de mis pensamientos. -¿Sucede algo, Horan?-preguntó Marie despegando uno de los audiculares de mi oido. Yo me negué con la cabeza. Igual si les decía iban a reir como locos y me iban a querer llevar a un psiquiatra o peor aun; a un mancomio. Por fortuna, ese día conseguí salir temprano de la facultad, llegue a casa agotado y sin hambre. No había comido nada, y la verdad, no tenía hambre. Me comenzó a dar una desesperación extrema porque Jessica no aparecia por ningun lado. Y pensé en que el señor ya se la había llevado y ella ya no iba a volver...

No quería hacerlo, temía hacerlo, pero al llegar a la cocina, lo primero que miré fue un cuchillo. ¡Insisto en que no lo quería hacer! En mi cuerpo algo me hizo tomarlo. Y miles de voces empezaron a sonar en mi cabeza: -Te amo, cielo.-Susurró su voz en mi interior. -Sabes que si lo haces una parte de mi corazón se destruira.-cont inuó tratando de detenerme. -¡Dejame en paz!-exclamé sin soltar el cuchillo. -¡Haré lo que se me de la gana! Igual tu me abandonaste y no te importaron mis sentimientos. ¿A eso le llamas amor? Grandioso, ah.-Grité temblando. -Me voy a matar, es para estar a tu lado. ¡SOLO ASÍ PODRÉ SER FELIZ! ¡SOLO A TU LADO, MI VIDA! No sabía por qué gritaba y tampoco para quien lo decía porque la verdad no había nadie en el departamento más que yo. -Oh vamos, Niall, cielo escuchame, ¿Quieres? Te prometo que si evitas hacer esto, cuando seas más grande y te cases, uno de tus hijos... Tal vez en alguno de tus hijos pueda reencarnar yo. Te lo prometo mi vida. ¿A caso esas voces eran provenientes de mi cabeza? ¿O eran reales? ¿Y si eran de los medicamentos que me había tomado? -¡NIALL SUELTA ESO!-gritó mi amada, a mis espaldas. -¡Esto lo digo en serio! Sueltalo, ahora. Yo voltee lentamente hasta mirarla y asegurarme de que en realidad era ella. Corrí a sus brazos dejando caer el cuchillo en el piso. -¡Corazón!-exclamé llegando a sus brazos. -Mi vida, eres tú, estas... Aquí.-La tomé de las mejillas y la acerqué a mis labios. Y tal vez fué el beso mas largo que tuvimos y el mas largo que tuve en toda mi vida. La disfruté tanto. Mordía sus labios con delicadeza y desesperación, la necesitaba, no quería dejarla ir. Mis lágrimas corrieron por mis mejillas y sentí que ella también estaba llorando. Se alejó unos cuantos centimetros de mis labios sin separar nuestras frentes. Su mirada aun estaba puesta en mis labios y yo en los de ella. Ambos estabamos muy agitados. La tenía rodeada con mis brazos, y muy cerca de mi cuerpo. Por primera vez sentí que su cuerpo estaba en una temperatura tibia. -¿Que sucede?-pregunté agitado. Ella se negó con la cabeza y con sus dos manos acarició mi rostro, hizo un recorrido por toda mi cara sin despegar su vista de mí. -¿Qué ibas a hacer, cielo?-preguntó tierna sin dejar de llorar. -No te intentes suicidar ¿sí? Puedes... ¿Puedes prometerlo? Me negué con la cabeza y mordí mi labio inferior. -Tienes que hacerlo, Horan.-dijo mas seria. Me volví a negar y la junté más a mi cuerpo. Regresé mis labios a los suyos y los devoré nuevamente. La tomé de los muslos y la subí a la barra de la mesa de la cocina. Ella empezó a desabrochar mi camisa a cuadros hasta dejarla caer en el suelo. Pasó sus manos tibias y suaves por mi espalda causandome escalofrios repentinos que me hacian estremecer, más no dejar de besarla. -Para, para... detente-dije tratando de entrar en conciencia. -de nuevo estoy besando a una muerta, y me esta...-Pasé mi mano por mi cabeza nervioso. Ella rió sonrojada con cara de “entendí lo que provoque”, luego me abrazó. -Lo siento, toma tu camisa.-dijo bajando de la mesa. La tomó y me ayudó a ponermela, mientras que después de cada botón abrochado me daba un beso en los labios. Miré hacia el suelo y observé que su cuerpo estaba desapareciendo aun más. Ahora era visible solamente de la cintura a la cabeza. Mis piernas temblaron y la abracé aun mas fuerte. -No, Jessica, no me dejes, mi vida. Te prometo que si lo haces me voy a matar... -No hagas nada estúpido, por favor, cielo. Creo en ti se que serás fuerte. Nos miramos durante un largo tiempo, y miré miles de cosas de nuestro pasado –que en realidad no eran muchas- cuando llegué al departamento y la mayor parte del tiempo soliamos estar peleando, o cuando visité a su madre y me trató de loco. O esa vez cuando por primera vez le dije que la amaba y la besé. Sus ojos color miel me gritaban miles de cosas que claramente podía entender. “No me dejes” “Te amo” “Te necesito” “No pasará mucho tiempo” “Volveré por tí pronto” Y todas esas palabras las pude entender como si me las hubiera dicho con su perfecta y angelical voz. Echó una mirada hacia el reloj que estaba en la pared y bajó su mirada derramando lagrima tras lagrima. -Llego la hora... Abrí mis ojos y trate de cubrirla para que no se fuera de mí, pero me fue imposible, aunque ella se sostuvo de mi cuerpo, el intento fue fallido. Ella desapareció como si jamás hubiera estado ahí. -¡Nooo!-grite cayendo de rodillas al suelo. -¡Jessica! Mi amor... Y por más que gritara, ella no aparecía, se había desaparecido. Y esta vez para siempre... Tomé el cuchillo nuevamente y empece a invocarla: -¡Si no apareces me voy a cortar! ¡Aparece ya!-dije poniendome el cuchillo en la muñeca. Me rendí y rocé un poco el cuchillo con mi piel. Un ardor me recorrió todo el cuerpo y la sangre empezó a salir disparada por la cortada, no había notado lo grande que había hecho la herida. Las lágrimas se me salieron del dolor y lo último que recuerdo es haber quedado tirado en el suelo.

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⏰ Última actualización: Oct 26, 2014 ⏰

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Entre las alas de mi angel (Niall y ____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora