Capítulo 3

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—Entra —. Dice Calle mientras abría la puerta de copiloto para que Poché entrase

Poché dudosa entra sin dejar de abrazarse a si misma con las manos en su torso y a paso de tortuga se sienta en el lugar del copiloto, Calle rodea el auto y se sienta en su lugar también. Después de encender el auto y antes de ponerlas en marcha notó que faltaba algo

—Tienes que abrochar tu cinturón de seguridad

Poché la mira unos segundos antes de estudiar las palabras que Calle acababa de escupir

—Cinturón de seguridad —. Respondió Poché estudiando esas palabras

Calle la miró aún más confundida preguntándose que era lo que ocurría con la chica de cabello oscuro. No era normal todo lo que pasaba por su cabeza y algo frustrada de la situación tomó el cinturón con fuerza e intentó ponerlo en Poché pero fue un intento en vano cuando la pelinegro se sobresaltó e intentó salir de auto, parecía intentar escaparse apartando con sus manos el cuerpo de Calle de manera brusca y rápidamente reaccionar alejándola

—No. Por favor... no lo hagas, no. Por favor, no —. Suplicó Poché de manera tan rápida que era poco entendible, con una notable agitación en su voz

Calle la miró con preocupación un poco shockeada con lo que estaba sucediendo y en sus ojos se podía ver y casi sentir todo el miedo que la menor estaba sintiendo en ese momento por una acción tan simple y por un segundo el corazón de Calle se llenó de lástima, solo de imaginar lo que quizá pasaba por su cabeza y con suavidad volvió a tomar el cinturón acercándose lentamente

—Es por seguridad, si cometo una estupidez conduciendo no quiero que resultes herida, es seguridad —. La misma mirada de vidrio seguía en los ojos de Poché no confiando en las palabras de Calle— La mejor parte es que mira —. Puso su dedo en el botón rojo y este se soltó de inmediato dejando a Poché libre — ¿Ves? eres libre otra vez, nadie puede robarte tu libertad

—. ¿Libre?

Pregunta Poché aún dudosa, pero más tranquila y Calle puso su mano encima de la de Poché y su lenguaje corporal cambió por completo, su hombros bajaron y en sus ojos ya no se veía más ese miedo cosa que le dio alivio a Calle y no pudo evitar mirarla directamente a sus ojos, porque las veces en las que Poché no tenía su mirada perdida realmente podía apreciar lo precioso que le parecían sus ojos, al pasar de unos segundos Calle cayó en cuenta que se quedó como estúpida viéndola, quizá más de lo debido dentro de lo normal y aunque había caído en cuenta que quizá parecía una estupida, aún así no podía dejarla de mirar hasta que Poché apartó la mirada mirando por la ventana, parecía que volvería a llover hoy, Calle volvió a la realidad y puso en marcha el auto

Fue un recorrido de 25 minutos, sabía la ruta de memoria y quizá había pasado por ahí unas dos veces o tres después de todo lo sucedido, la razón ni ella misma la sabía

El camino iba en silencio, Poché vio por la ventana todo el camino y Calle la miraba de reojo de vez en cuando tratando de descifrar por su propia cuenta lo que ocurría con la menor, tratando de prácticamente leer sus pensamientos o de suponer cosas que quizá la hayan llevado a ese estado, pero de todos los escenarios que Calle armó en su cabeza ninguno tenía mucho sentido

Cuando llegaron a su destino Calle estacionó el auto justo enfrente. Poché alzó la mirada de inmediato, mirando ese color amarillo del que había hablado antes, su mirada al ver esa casa fue muy neutral, no había ninguna emoción en su rostro

—Es aquí, aquí vives —. Dijo Calle pasando su brazo por encima de ella para zafarla del cinturón — Libre —. Dijo soltanda, en la cara de Poché se iluminó con una sonrisa

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