ATRAPADOS (PARTE 13)

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Parte de la tarde.

Germanio se había ido, regresó a su casa. Con la idea en la mente de que (aunque aún no lo creyera ni él mismo) le había dicho la verdad a Ulises. En cambio Ulises, se había ido con la tristeza de nunca haberse despedido y tal vez lloraría, un gran, gran rato.

Germanio llegó a su casa, entro, camino por el corredor que iba en dirección su habitación, estaba ansioso por contar lo sucedido a sus hermanos mientras caminaba hacia esa dirección se topó con la mirada de Flavio, se miraron. Flavio estaba recargado en la pared con una mano, esté bajo la mirada. Germanio entonces miro por arriba de su hombro, vio a Julian recargado en una puerta y a Alexis cerca de él, todos se encontraban juntos cerca de una de las puertas de las demás habitaciones. Germanio entonces presintió que algo andaba mal, se aproximo hacia Julian.

—Nati, por favor—decía Julian, tocando la puerta—abre la puerta—con mucha paciencia. Fue entonces cuando Germanio comprendió lo que ocurría—Nati...

—¡No! ¡váyanse de aquí! ¡quiero estar sola!—gritó Natasha desde adentro.

—Bien—dijo Julian como si hubiese perdido la paciencia, se volvió hacia Alexis quien le entregó un pequeño y viejo gancho. Flavio estaba ahí, cerca, pero no decía nada. Germanio tampoco decía nada, sólo miró el viejo gancho y se preguntó cuánto tiempo había pasado desde la última vez que lo utilizaron, se encontraba oxidado. Julian inserto el gancho en la puerta, le costó algo de trabajo (como quince minutos) pero lo logró, (lógicamente debía suspirar después de haberlo logrado, por el esfuerzo) pero no lo hizo, estaba concentrado en algo más importante. Los cuatro se acercaron. Julian empujo la puerta lentamente, con cansancio.

Natasha estaba ahí, sentada en el suelo, llorando terriblemente, sostenía algo entre sus brazos, algunas cajas de cartón se encontraban cerca de ella.

—Oh...Nati...—pronunció Julian como en susurro y con tristeza. Se acercó a ella con lentitud. Los demás entraron a la habitación tras de él. Flavio, Germanio y Alexis observaron la habitación con impresión (como si fuera la primera vez que la veían).

Alrededor de toda esta habitación se encontraban objetos y recuerdos valiosos, de sus padres, de su abuela, envueltos en polvo. Algunas de las cajas se encontraban llenas ('arrebentar') de estos objetos. Julian no presto atención a lo que había alrededor, llegó hasta su hermana.

—Nati, Nati—le habló con suavidad. Colocó una mano atrás de su espalda de forma reconfortante—Nati, no puedes seguir haciéndote esto—Natasha lo ignoro, continuaba llorando, tratando de hacerlo en silencio—y no puedes llevarte estas cosas—Julian puso una mano sobre la esquina de una de las cajas que se encontraba cerca—"se-van-a-quedar-aquí", eso fue lo que dijiste—Natasha no le hacía caso—mírame, Nati, mírame—Julian sostuvo su barbilla, Natasha levantó la vista hacia él, sus ojos mostraban un dolor horrible—ellos se fueron, tu te quedaste, tú estás aquí, tienes que seguir, tienes que—Flavio, Germanio y Alexis se acercaron lo suficiente a Natasha—no todo está perdido, nos tienes a nosotros, nosotros estamos aquí, tienes que seguir—Natasha lo escuchaba, sollozo, luego lo abrazo, Julian también la estrechó contra él.

Mientras Flavio tomaba a Natasha de la mano y la ponía de pie, Julian le quitó el objeto que tenía entre las manos. Natasha abrazo a Flavio, Alexis colocó una mano sobre el hombro de Natasha.

—Ven, Nati—dijo Germanio—voy a prepararte un té—Natasha se abalanzó también sobre Germanio y Alexis. Finalmente Flavio la quitó de encima de ellos, le dio la mano, Natasha se sostuvo (por que se había entumido). Flavio la entrelazo con un brazo y la llevo con calma a su habitación. Germanio se acercó a Julian, quien sostenía el objeto que hace un momento no quería soltar Natasha.

HEMOBIA - [Completa] - EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora