2_ Idiota

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Adrien iba al encuentro de su amada con una gran sonrisa y con una rosa roja en su mano.

Su ropa era la de siempre ya que no quería que Ladybug se enojé por ir de manera tan formal.

-No puedo creer que hoy por fín voy a conocer al amor de mi vida sin antifaz.

Exclamó ansioso por ver a la verdadera persona que estaba detrás del antifaz.

Nunca creyó que tendría que saber la identidad de Ladybug gracias al maestro Fu, siempre creyó que sería ellos decidiendo que era el momento o en el peor de los casos, que pierdan una batalla o que un tercero revele quienes eran.

Una vez pelearon con un akumatizado que obligaba a decir la verdad y ni así descubrieron quiénes eran.

-No puedo creer que me hagas sentir náuseas con sólo palabras.

Y Plagg salió de su escondite y se puso encima del hombro de su portador, no teniendo miedo de ser visto, después de todo, París era la ciudad de la ceguera.

-No seas amargado, Plagg, hoy voy a conocer a mi princesa, nos tomaremos de las manos, diremos que nos amamos y uniremos nuestros labios en nuestra primera expresión de amor correspondida que sí recordaremos.

Aclaró Adrien haciéndose una película en su cabeza.

-¿Sabes? El hecho de que tengan que conocer sus identidades, no significa que ella te ame.

Y Plagg, destruyó ésa película que se hacía su portador.

-¿Podrías dejarme soñar un poco?- preguntó Adrien con algo de cansancio.

¡¿Tan difícil era dejarlo soñar?!

-No, como buen amigo, debo destruir tus esperanzas e ilusiones.- exclamó el kwami con firmeza mientras Adrien negaba.

Era imposible tratar con ése kwami.

Estando cerca del lugar de encuentro, se detuvo y fruncio levemente el ceño al ver a alguien.

-¿Qué hace Marinette aquí?
Ladybug y yo nos íbamos a encontrar en ése lugar.
Debería pedirle que se vaya... pero no puedo, ella llegó primero y sí my Lady me ve hablar con Marinette, seguro cree que es mi novia.
¡¿Y sí Ladybug se enamora de ella?!

Gritó mientras apretaba su cabeza.

Se tomó un par de fotos con Marinette y vaya que hasta él llegaba a interpretar ésas fotos como sí fuesen más que amigos y alguien terca y celosa como Ladybug, lo creería tres millones.

-No lo va a creer.- dijo con simpleza el kwami mientras volaba y Adrien lo veía.

-¿Viste a Marinette? Ella es hermosa y pasé a que sólo somos amigos, damos una apariencia de enamorados.

Hasta su padre tenía la costumbre extraña de preguntar sí ya empezó a salir con ella.

¡Ellos sólo eran amigos y siempre será así!

Sí, sentía algo por Marinette en el fondo pero le era fiel a su amor a Ladybug y Marinette no siente nada por él.

-¿Te diste cuenta de éso?- preguntó Plagg, sorprendiendo.

Sí su portador se dio cuenta de que cuando estaba cerca de Marinette apestaban a enamorados, quizás no era tan idiota como pensó.

-Sí, Manon me lo dijo.

Y sus esperanzas por ése humano murieron.

-De igual modo, ella es Ladybug, así que despreocupate.- aclaró con simpleza mientras Adrien quedaba en silencio un momento, procesando lo que oyó.

-...¿Q-qué?

Preguntó mientras retrocedía.

Plagg suspiro profundo y señaló a Marinette.

-Que ella, tu queridísima Marinette, es tu amada Ladybug.
¿Tendrá queso con ella?

Y un extrañó nudo se sintió en el interior de Adrien mientras se daba cuenta de todas las veces que estuvo con Marinette, jurado amor por Ladybug y llegando a pedirle consejos con Kagami.

-No puede ser.

Y tras susurrar éso, Adrien se fue corriendo lo más rápido posible, dejando caer la rosa.

Todo ése tiempo fue un idiota y ahora, no sabía como mostrar la cara sin sentir dolor.

-¿Ahora qué mosca le picó?
Bueno, no importa, iré a pedir queso y a hacer enojar un poco a mi terronsito de azúcar.

Y Plagg se fue donde estaba Marinette haciendo un dramita.

¿Por qué tenía la sensación de que algo molestó estaba por pasar?

Quizás sea sólo su imaginación.

Continuará...

Tenemos que hablarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora