Yerin
"No, ¡Por favor, escúchame! ¡Por favor!", le imploraba a ella. Me aferre fuertemente a su brazo, como una niñita aterrada. Como intentando impedir que se marchara, ella alejo su brazo de mi ferozmente como si yo fuese la cosa más desagradable.
Ella volteo en mi dirección y en sus ojos se podía ver como estos ardían con total enojo y odio. "¡No me vuelva a tocar otra vez!, ¡No quiero tus mugrientas manos sobre mí!" ella grito en mi cara y una nueva ola de lágrimas se asomó por mis ojos y cayeron por mí ya empapado rostro.
"Por favor... yo solo... lo siento" yo decía entre sollozos. En respuesta, ella solo se burló y su cara reflejo todo su disgusto. "¡¿lo sientes?! ¡Esto es todo tu culpa!", me grito furiosa
Todo mi cuerpo estaba temblando de miedo con solo cerca de ella, ella parecía más imponente mientras que yo simplemente estaba de pie frente a ella indefensa. Mis ojos estaban fijos en el piso como si no fuera capaz de soportar mirarla a la cara. Yo no quería el odio en sus ojos. Yo no quería que ella me odiara. Todo lo que quería de ella era que me amara y nada más.
Pero, la realidad era cruel.
Había estado viviendo en mi cabeza, imaginando que esa mujer me había amado todo este tiempo. Había albergado tanta esperanza y sueños de nuestro futuro juntas, solo para que se vinieran abajo justo en frente mío.
"¡mírame!" gruño ella. Mi cabeza se elevó instintivamente al escuchar su agresiva orden. La mire a sus ojos tímidamente y ella se acercó para ponerse justo en frente de mí.
"Este matrimonio... esto no es real. Nada de esto es real. Yo no te amo. Nunca lo he hecho y nunca lo hare." Me gruño mientras su fiera mirada penetraba mis ojos.
En ese momento, un profundo dolor que nunca antes había sentido hizo eco por todo mí ser. Solo miraba su hermosa cara que estaba marcada con enojo. Apenas y podría pronunciar una palabra sin llorar. Ella me había dejado con la boca cerrada con sus duras palabras.
Nunca hubiera imaginado que pudiera estar escuchando esas palabras por parte de ella. Ella mantuvo mi mirada por un breve instante. Me miraba como si estuviera esperando que dijera algo o tal vez me desquitara con ella. Como sea, las palabras me fallaron una vez más. Solo permanecí de pie allí, como pegada al suelo y con mi cabeza agachada para ocultar mis emociones.
"como sea, no puedo lidiar con esta mierda ahora. ¡Solo déjame sola!", grito antes de abrir la puerta furiosa y cerrarla de golpe.
Ahora, me había quedado sola sin nada más que el resonante silencio en el cuarto. No había nada que pudiese hacer. Era evidente que ella me despreciaba y que nunca me amaría de la forma en que yo lo hago. Soy una estupida, pensaba que podía hacer que ella se enamorara de mí. Soy una idiota por creer que SinB también podría quererme. Las lágrimas que había estado tratando desesperadamente de evitar brotaron de mis ojos en ese momento.
Me deslice por la pared de la cual me estaba apoyando y lleve mi cabeza a mis rodillas. Mi cuerpo temblaba con cada sollozo por la gravedad de la situación que finalmente me había hundido.
"No te amo. Nunca lo he hecho y nunca lo haré", sus palabras hacían eco en mi cabeza mientras la oscuridad me consumía
