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-1-

-Gabriel... Por favor...

- ¿Vas a aceptarlo? ¿O seguirás negando quien eres, como la rata traicionera que eres? - Crowley sintió algo semejante al dolor provenir de su pecho.

- ¿Acaso importa? Fui una vez un ángel, pero ya no lo soy más...

-Importa. – Afirmo duramente el ángel. – Si tan solo me hubieras buscado, habría seguido contigo.

- ¡Pero no lo hice! Me caí, es todo. Perdí todo lo que tenia por un error minúsculo. Condenado al odio eterno de aquel que es mi creador. – El cuerpo le temblaba ligeramente, sintiéndose vulnerable al rememorar ese agónico día. – Pensé que me odiabas. Y aunque no hubiera sido así, no hubiera podido verte a la cara. No era más el ángel del que te habías enamorado. Soy una víbora que se arrastra.

-Es lindo que digas eso, Raphael. Casi me haces pensar que lo hiciste por que me amabas... - Dice burlonamente. – A pesar de todo y sentirte "Avergonzado" por haber caído, nada te evito pasar los últimos seis mil años fraternizando con Aziraphale. ¿Me equivoco?

-Por favor, Gabriel. Eso fue hace mucho tiempo, no importa ya...

-Te sigo amando, Raphael. A pesar de que huiste de mi por todos estos años, te escondiste, por que estoy seguro que sabias que te buscaba desesperadamente por cada rincón de este planeta.

-Pero yo ya no te amo...- Gabriel tomo al demonio de los hombros. Crowley creyó que iba a golpearlo, pero se sorprendió al sentir un suave tacto sobre sus labios, uno que conocía tan bien y que su corazón parecía anhelar desde su caída. No había control de sí mismo, movió sus labios al ritmo desesperado y hambriento que el ángel dictaba, pero no pudo evitar pensar en Aziraphale. Empujo con fuerza al ángel para apartarlo.

- ¿Por qué te niegas a mí, Raphael?

- ¡No me llame así! ¡Soy Crowley! Ese ha sido mi nombre desde que caí y así va a permanecer. Raphael no existe más, ese ángel que te amaba profundamente, no esta mas aquí. ¿De acuerdo? Murió... Ahora, solo, te suplico que me dejes en paz. – La última oración, salió con tanto dolor de su boca. Parecía estar a punto de quebrarse, romper a llorar ahí mismo, maldiciendo una y otra vez el haber escuchado a Lucifer.

-Todo esto... Es por él ¿No es así?

- ¿Qué? - Pregunta en un jadeo.

- ¡Por el maldito bastardo de Aziraphale!

-No te atrevas a llamarlo así, el es la persona mas pura que he conocido. No dejare que mancilles su nombre.

- ¿Y eso porque, Crowley? – Escupe el nombre del demonio con cierta burla colérica. - ¿Acaso estas enamorado?

- ¿Y que si lo estuviera? – El ángel observa con cierta fiereza a Crowley. Pasado unos segundos, Gabriel esboza una sonrisa poco tranquilizadora.

-Nos veremos después, Crowley. – El pelirrojo esta por decir algo, pedirle que no se acerque a él de nuevo, pero siente como la lluvia empieza a mojarlo y Gabriel no esta mas ahí. Todo parece haber dejado de estar en pausa.

Crowley entra en su Bentley y conduce a toda velocidad para ir a su departamento.

No se siente bien.

-2-

Apenas fue una hora prudente, el demonio salió de casa en dirección a la vieja librería de Aziraphale. Necesita hablar con él, por más que ha pasado los últimos seis mil años evadiendo el tema de quien era antes de caer y mostrándose rejego antes las preguntas del ángel sobre su pasado, entiende que quizá, antes de poder hablar de sus sentimientos puede ser apropiado decirle al ángel la verdad, toda la verdad.

Ni siquiera escucha música durante el trayecto, tampoco se irrita al estar atorado en el trafico por un largo rato. Esta sumido en sus pensamientos, lamentándose por todo lo que había pasado, rememorando el beso que se dio con Gabriel una y otra vez sin cesar. Malditas escenas de él en el cielo compartiendo momentos con el arcángel, regalándole las flores mas hermosas que encontrara en el jardín, Gabriel trenzándole el cabello mientras conversaban suavemente y reían, tiernos besos que eran precedidos por palabras llenas de amor. Él, pensando en como decirle a Gabriel que se unieran ante los ojos de Dios.

Memorias de las que había rehuido desde hacia tanto tiempo. Hacia tanto que no experimentaba la nostalgia.

Cuando por fin llego a la librería, aparco frente a ella. Toco la puerta, no se sentía con la fuerza de siempre para irrumpir en el lugar sin invitación.

Pero no hubo respuesta.

Volvió a tocar, esta vez un poco mas fuerte y el resultado era el mismo.

Las puertas se abrieron una vez el demonio chasqueo los dedos.

- ¡Ángel! - Llamo al estar dentro. Pero el lugar estaba desierto. Hubiera sido lindo pensar en que quizá, se había marchado en busca de algún bocadillo, pero no era así. Sus ojos se enfocaron en una pequeña nota que podría haber pasado desapercibida entre la inmensidad del lugar y los cientos de tomos de libros que habían regados.

Sus temblorosas manos tomaron el papel y lo desdoblo.

¿Qué te parece un almuerzo, Raphael?

Su cuerpo se petrifico, releyendo la misma frase una y otra vez.

Salió de la librería con desesperación con el único propósito de encontrar a Aziraphale. Conocía a Gabriel y esa nota tenia todo su estilo. 

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⏰ Last updated: Jul 22, 2019 ⏰

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The Secret of a Fallen AngelWhere stories live. Discover now