Observas a Jaehyun gruñir molesto porque una vez más lo matan en su videojuego.
Te estremeces, su gruñido enviando escalofríos por tu espalda. Maldices la genética por ponerte tan cachonda todo el tiempo. Tu novio era, sorprendentemente, un híbrido zorro, por lo que no tiene tantos calores como tu.
Estaban en la temporada de apareamiento para él, y a juzgar por el calendario en su teléfono y su actitud gruñona constante.
Sabías que tu novio no quería lastimarte, ya que eras "preciosa" y "frágil", pero todo eso era una tontería para ti. Querías que te rompiera. Querías que te hiciera llorar. Querías que él colocara esos fuertes muslos entre tus piernas y te hiciera montarlos hasta que llegaste por encima de él.
—Follame— Saltas cuando Jaehyun golpea su control al suelo, su satoori sale y hace un charco de excitación en tus entrañas.
—Me encantaría, pero sigues alejándome. Eso es porque eres una conejita— Murmura en voz baja, tus oídos se giran para enfrentar a Jaehyun antes de que lo hagas, y él arrulla la forma en que te ves.
—¿A qué te refieres con que soy una conejita?¿Crees que solo porque eres la llamada especie 'superior' tienes que retener tu pene?— Los ojos de Jaehyun se ensanchan con el uso de la profanación, sin haber oído nunca una maldición deslizarse por tus bonitos y pequeños labios.
Tu cola se menea con molestia. Jaehyun te observa alejarte, sus oídos se apartan ante el sonido de la puerta de tu habitación compartida cerrándose de golpe.
Las comisuras de su boca se convierten en una sonrisa malvada mientras se levanta para seguirte.
—Ella lo pidió—
•~•~•~•~•
—Más duro— Maullas hacia fuera, empujándote hacia atrás en la longitud de Jaehyun.
Escuchas una risita detrás de ti, y antes de que puedas procesar lo que eso podría significar, te están levantando de tu posición al estilo perrito, y golpeando tu espalda contra la cama gritas cuando el pene de Jaehyun golpea aún más profundamente dentro de ti, arqueando la espalda mientras él te pellizca un pezón.
—No puedes decirme qué hacer, Conejita— Él gruñe.
Él se balancea contra ti con fuerza. Golpeando tu punto G una y otra vez.
— A-ah, Jaehyun, estoy...— Te desmayas mientras tu orgasmo te golpea.
Jaehyun se estremece encima de ti, mordiéndote el cuello a medida que se corre. Él se retira lentamente, tumbándote con cuidado y plantando un dulce beso en la frente.
—Dulces sueños, conejita—
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