Misión: Área 51 [Nagito Komaeda x Sans Undertale]

pinche parte unica (talvez)

Un nuevo tren del mame había comenzado, muchos estaban expectantes ante la idea de cuál sería la estupidez masiva que se le ocurriría a la comunidad internauta y Komaeda aún más. Si la pregunta es ¿por qué un estudiante definitivo estaría tan interesado en unirse a un "meme colectivo" de internet? En realidad era porque al considerarse basura debía estar con sus semejantes y hacer lo que estos, seguir un mame de internet.

Finalmente había aparecido en su glorioso y pendejo esplendor, el nuevo mame de esta temporada era "invadir el área 51", sin duda era algo ideal para el loco peliblanco puesto que si había algo que le destacaba bastante era ser muy indolente ante el peligro, de hecho por los eventos de la isla podía decirse que tenía inclusive ciertas tendencias suicidas.

― ¡Perfecto! ― exclamó con entusiasmo al encontrar a que evento de broma colectivo se subiría en esta ocasión, agradeciendo profundamente haber entrado al grupo de la grasa para contemplar las estupideces en su máxima expresión.

Ni corto ni perezoso se apresuró a cuadrar tanto el día como la hora, no podía esperar por que llegase la fecha y poner su vida en riesgo al entrar a una base militar altamente protegida la cual estaba preparada incluso para ataques en guerra de otros países donde, muy posiblemente todos morirían de forma catastrófica. Pero este tenía la suerte de su lado, todo estaría bien ¿cierto?


Después de semanas de espera donde se dedicó enteramente a hacer memes del evento y poner un ":v" en cada video referente al tema, finalmente había llegado el tan aclamado día, todo estaba listo desde el día de ayer, su mochila con agua y comida y una cuerda estaba preparada para ser tomada a lado de su cama junto a la mesita de noche llena de fotos de "el Hinatetas".

Se había pasado por el arco del triunfo todas las veces que sus compañeros le dijeron que no lo hiciera, los regaños de Twogami fueron los que más recibió a lo que únicamente respondía "que te valga verga" y hacia la T pose mientras se iba por la puerta gritando "hasta la próxima" mientras tarareaba la canción de skrillex, buenos recuerdos de los cuales reírse cuando sea acribillado por meterse a una zona prohibida del gobierno de Estados Unidos.

Sus pasos rápidos se dispararon fuera del motel de mala muerte donde se había quedado hacia una moto donde lo esperaba otro morro meco que iba al mismo destino.

― Buenos días ― le dijo al momento de subir a la moto, su español aunque no era perfecto era el suficiente para comunicarse pero no el suficiente para no notarse que el carbón era Japones.

― ¡Ohayo Nagito sempai! ¿Listo para el evento sugoi desu ne? ―

―Puta madre... ― susurró en bajito antes de asentir con obvia incomodes por el olor a obo que el otro tenia sumado a su intento de japoñol que si bien era chistoso de escuchar en un principio, se volvería un dolor de huevos a lo largo del camino.

Fue un alivio escuchar como el grasoso otaku retraido había arrancado para dirigirse al área 51, pensando que esto le salvaría de escuchar estupideces que solo eran divertidas al leer, cosa que para compensar la buena suerte que tendría después no sucedió, se la pasó su compañero todo el camino hablando de sus waifus y de la deliciosa awita de influencer pornográfica que se había conseguido por 30 dólares hace poco, sumado a su obsesión con los furros y como adoraba a Ángel de la verdad, si no se había lanzado a la carretera era solo por querer estar en el evento y secuestrarse un extraterrestre pero de no ser así ya estaría intentando jugar a la ruleta rusa otra vez.

Despues de unas dos agónicas horas de escuchar al virginal que lo estaba llevando finalmente llegaron a su destino, estaba lleno de otros morros mecos de otros países, varios de ellos latinos, algunos gringos, podía ver incluso gente europea y otros asiáticos estar preparándose, el olor a carnita asada y las canciones de Bob Esponja inundaban el ambiente haciéndolo bastante alegre.

No obstante este solo se limitaba a escuchar a los demás y comer un poco de aquella comida, esperando el momento donde dijeran que iban a meterse, las horas pasaban y no había ninguna seña de ello, aquello pareció desesperar al albino el cual se acercó a la chica más decente que pudo visualizar.

― Uhm, disculpe que le pregunte ―

― Hola amores como están, soy Windy Ohaio ―

― eh si, ¿no sabes a qué hora nos vamos a meter al área 51? ―

― ¿Eh? No nos vamos a meter, moriríamos en el acto si lo hacemos ―

Aquellas palabras fueron una decepción total para Nagito, el esperaba ansioso secuestrarse un extraterrestre y huir del proyecto Abigail si se lo encontraba como para que ahora le dijeran que no iban a meterse realmente.

Frunció el ceño bastante molesto, tomando distancia de aquella influencer de gran escote y pelo rojo para pensar en cómo iba a meterse el, hasta que se dio cuenta de que el morro meco olor a obo que lo había traído hasta allá le había dejado las llaves de su moto, la cual no dudo ni un segundo a agarrar para montarse encima y prenderla para arrancar tan duro como podía.

La gente alrededor le gritó "no lo hagas", pero este hizo caso omiso y se siguió derecho, ahí vendría la suerte que tanto presumía puesto que ninguna cámara lo detectó para ser detenido, pudo pasar perfectamente sin problemas al menos hasta llegar a la inmensa base, la cual lucia tan imponente y amenazante como se prometía a si misma ser.

Los problemas comenzarían al ser visualizado por los guardias, los cuales por obvias ordenes comenzaron a disparar a discreción para acabar con él, sin embargo ninguna de estas logró dar ya que había caído justamente en una placa sensible el cual fue descendiendo un poco rápido para llevarlo al subterráneo del edificio.

A pesar del golpe de suerte tan importante que había tenido no pareció impresionarle puesto que ya estaba muy acostumbrado a que esa clase de cosas sucedieran, pero esta vez sí lo estaba agradeciendo.

Aun así las cosas no serían tan sencillas como podrían parecer para el estudiante suertudo definitivo puesto que al llegar seria recibido por varios guardias quienes le pedían subiese las manos mientras le apuntaban con armas de alto calibre, a lo que el otro bastante confiado ignoró eso y solo corrió a su derecha por el pasillo, ninguna bala llego a darle ya que, pese a estar repleto por el frente ninguna de las armas funcionó, todas se habían atascado al mismo tiempo y al ser revisadas hirieron a sus portadores.

Sencillo en realidad, aquello de pensar en que no sería tan fácil estar ahí y sacar a un alíen que posiblemente baile cumbias era mentira, después de todo su suerte era más fuerte.

Después de tanto vagar por el sitio logro dar con un pasillo interesante, por los ruidos estaba seguro de que estaba en la zona donde tenían a los aliens, pero solo elegiría uno, dejaría esto a su suerte al cerrar los ojos y correr por este, llegando hasta una en particular la cual había rozado la manija con la punta de sus dedos. Optó por romper esta de un balazo gracias al arma que siempre traía consigo por si acaso.

"BAM" fue lo único que resonó en el pasillo, abriendo la puerta lentamente esperando encontrar al alien, pero lo que no se imaginaba era encontrar algo aún más peculiar, un esqueleto bajito con sudadera azul, short negro y pantuflas rosas.

― Heya Kiddo ―, la verdad no sabía cómo chingados le había entendido puesto que solo escuchaba "bites" en vez de la voz, pero respondió con una sonrisa amable extendiéndole la mano

― ¿Nos vamos? ― preguntó, obteniendo como respuesta el que el esqueleto tomase su mano para asentir, comenzando a correr ahora buscando la salida, sin embargo había un sentimiento mutuo que empezaba a surgir de ambos, ¿era emoción acaso?, ¿felicidad por tener un alien y el otro por salir del sitio?.

― ¿Cuál es tu nombre Kiddo? ― preguntó mientras corrian juntos a la salida siendo ambos agredidos con balas que jamás llegaron a darles gracias a la teletransportación del esqueleto y la suerte del chico con pelo alborotado.

― Nagito Komaeda, ¿y el tuyo? ― respondió junto a la pregunta mientras sonreía, apretando apenas un poco más su mano.

― Sans, Sans Undertale ―

Quizá en ese momento no lo sabían más que inconscientemente, aquel sentimiento de amor que comenzaba a brotar mientras las balas les perseguían era solo el indicativo y situación absurdamente perfectas para entenderse que ese sería el inicio de su gran historia de amor.


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(tal vez lo deje hasta aqui o le continúe, depende de ustedes, gracias a la borrego por dar la idea, HASTA LA PROXIMAAA)