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Primer día de clases, por ende, primer día de internado. No estaba seguro de por qué sus padres habían insistido tanto en enviarlo a un lugar de esos, no es como si él fuera algún chico problemático o como si tuvieran la necesidad de tenerlo lejos, pero no se quejó. Prefería eso a ir a aburrirse a la casa de campo de sus padres, no hacían más que estar ahí y ver a los animales de la granja, sin wifi ni señal, era horrible.

Tomó su mochila, se la colgó al hombro y se bajó del auto mientras miraba a su alrededor. Era un lindo y grande lugar, realmente pensaba que le iba a gustar. Suspiró y giró para mirar a sus padres.

—No te metas en problemas, hijo —sonrió su madre mientras estiraba su mano para acariciar su mejilla suavemente—. Vendremos por ti en cuanto comiencen las vacaciones, te lo prometo.

—Lo sé, mamá —bufó—. Tengo diecisiete años, no te creas que no sé cómo cuidarme.

—Ten cuidado, Anthony, no quiero que me llamen por ningún tipo de inconveniente —su padre, Howard, lo observó desde su lugar con algo de seriedad.

—No les daré ningún problema, ya, váyanse —rodó los ojos bajando una valija del maletero.

—Suerte —la mujer sonrió y él pudo ver cómo el auto se alejaba por la carretera.

Más que un internado parecía una de esas lindas fraternidades que mostraban en las películas. Se veía un buen lugar, tenía un jardín y todo estaba bien decorado. El establecimiento era enorme, inmenso. Sonrió para sí mismo mientras entraba, había mucha gente, todos distintos y ocupados con algo. Sabía que le iba a gustar.

—Hola, tú debes ser Anthony Stark, el nuevo del último año, ¿no es así? —una chica pelirroja se acercó a él con la mirada algo seria.

Ella llevaba su cabello recogido en una linda trenza, vestía un jean negro, una camiseta azul y unas botas al estilo de combate. Tenía ojos celestes y era realmente linda, pero no parecía muy amigable, o eso creyó.

—Sí, ¿y tú eres?

—Natasha Romanoff, soy del último año también. Al parecer los profesores tienen algo en contra mío y es por eso que me han enviado como tu guía —bufó mientras se cruzaba de brazos—. Pero supongo que prefiero esto antes que tener clases. Sígueme —le hizo un gesto con la mano y le indicó que fuera detrás de ella por el largo pasillo—. Esta es la biblioteca, es la sala más grande de todo el internado, por dentro vas a encontrar libros de todo tipo, de literatura, historia, ciencias, lo que se te ocurra. La señorita Hill es la bibliotecaria, es una mujer buena, yo qué sé —se encogió de hombros mientras caminaban—. Los del último año utilizamos un solo salón, es este —señaló un salón que se veía bastante bien desde afuera, aunque estaba completamente vacío—. Hoy, al ser el primer día, están todos amontonados en la cafetería, están buscando los horarios de las clases y se están inscribiendo a clubes. Por cierto, es obligatorio que te inscribas en un club, puede ser más de uno si quieres, pero el mínimo es uno y debes elegir bien porque vas a seguir ahí hasta fin de año que es cuando se hace una muestra de todos los trabajos que han hecho en cada club —siguió caminando—. Los demás salones no debería importarte de qué son ya que no vas a estar en ellos. Olvidé decirte, los de último año estamos divididos en dos grupos, somos demasiados para estar todos en un salón. Está el salón uno y el salón dos, ¿tienes idea de cuál es el tuyo?

—El dos.

—Bien, estarás conmigo entonces —siguió caminando—. Vamos a la cafetería así puedes buscar una copia del horario y la llave de la habitación en la que estarás. Las habitaciones aquí son compartidas, todos tenemos un compañero o compañera con nosotros. Hombres con hombres, mujeres con mujeres. No vayas a meter a una chica a tu habitación, créeme que eso va en contra de las reglas —le sonrió divertida por primera vez desde que estaban ahí—. Van a caerte bien todos, supongo, nos llevamos bien entre nosotros, en cambio los del grupo uno, son todos unos idiotas.

internado; marvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora