Amores destrozados✔️

Primera vez, primera caída.

Mi primera vez, me da un poco de nostalgia saber que este momento fue el más influyente en mi vida. 

Perder tu virginidad junto con tu confianza en los demás.

Edad: 14, era promiscua. 

Me he caracterizado por ser una chica curiosa en muchas cosas tanto así que me catalogan como loca o rara. 

Conocí a este chico, dos años después de mi primer amor. Miguel, su nombre me gustaba, era dos años mayor. En ese momento mis ganas de llamar la atención no se habían apocado antes todo lo contrarío estaban más elevadas que nunca. 

Ámbar estaba enamorada de él, y me sentí con el derecho de juntarlos, pero si soy sincera quería que me mirara a mí, mis ganas de llamar la atención casi arruina mi amistad de años con Ámbar. Sin embargo, había logrado eso, él se intereso en mí por muchas razones y la principal era que me había convertido en su segunda opción ¿Por qué? porque Ámbar era demasiado tímida como para tener un noviazgo a esa edad, y yo, pues yo tenía la libertad por mi experiencia pasada. 

Comenzamos una relación llena de besos insaciables, confianza interminable y risas incontenibles. Con el tiempo acepté que estuvo mal, sabiendo que una de mis amigas más cercanas se veía afectada, pero no podía evitar el hecho de que empezaba a experimentar algo especial por él, algo totalmente diferente a la última vez. 

La relación me gustaba bastante, no desconfiaba de él; hasta ese punto nunca había desconfiado de nadie y ese fue mi motivo principal para matar la curiosidad que tenia sobre el sexo, sobre el estar con una persona por la cual sentías algo. Por mi mente habían pasado varías posibilidades así como las películas en la que todo se ve tan romántico, sencillo pero memorable. 

Como dicen: "la curiosidad mató al gato"  y este me mató a mi. Mi primera vez no fue ni romántica, ni sencilla pero si fue memorable. 

—¿Estás segura? —cuestionó. Nuestros nos habían llevado a esto, al querer más, en especial a mi. Mi curiosidad salió a flote.

—Si —respondí sin más. Estábamos en mi casa, solos, en mi cama. 

Y ahí comenzó, no fue romántico por el simple hecho de que no se preocupó por lo que yo sentía, porque dolió, mi curiosidad me estaba matando, y a él no le importó.

En ese momento mi cerebro creativo concluyó que él solo quería eso de mí, no fue tan diferente de lo que yo quería de él pero dolió caer en cuenta que sus sentimientos por mí eran superficiales. 

¿Recuerdan esa confianza interminable? pues se fue al caño una vez confirmé lo que otros decían. 

—Miguel, ¿me estás poniendo el cuerno con Pilar? —estaba conteniendo el enojo, en esas últimas semanas todos mis amigos me comentaban que él estaba jugando conmigo ya que pasaba más tiempo con Pilar. 

—No, tu sabes que ella es solo una amiga —estaba calmado, y opté por creerle. 

Dos días después, estábamos en el balcón de mi casa. y lo soltó.

—Besé a otra chica, a una de mi clase —en mi mente seguía diciendo que era Pilar pero según él era otra chica, sin embargo, me dolió.

—¿Cuándo? —intenté contener mis lagrimas lo más que pude pero dolía saber que, aunque había sido un beso, lo hubiera hecho. 

—no importa, solo quería contarte ya que habíamos dicho que no nos íbamos a decir mentiras. —él quería que lo perdonara, que olvidara un pequeño beso, pero yo no perdonaba. 

En ese tiempo tenía la idea de quién lo hace una vez, lo puede hacer varias veces. Nos despedimos sin más,  pero esa noche lo llamé al móvil

—Terminemos —aún contenía las ganas desgarradoras de llorar.

—Pero, Viviana. Fue solo un beso —intentó disculparse.

—Para mi fue más que eso, entonces adiós. —Colgué.  A esa edad decir eso fue lo más valiente que pensé había hecho. 

Mis días se volvieron sombríos, todas mis noches no podía evitar llorar por esa relación. No había pasado más de un mes y me enteré.

—Miguel es novio de Pilar —confirmé viendo el estado de Facebook. 

Esa fue mi primera caída de confianza, mi vida sufrió los peores daños de ese momento. Ya no confiaba en ningún hombre y me había convertido en una persona fría, sin sentimientos aliada a la soledad. 

Él se había llevado consigo toda la confianza que tenía en los demás.