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Changkyun

Solo pude escuchar un fuerte grito proveniente de Kihyun, se oía realmente aterrado, yo apenas podía seguir corriendo, la mochila en mi espalda rebotaba con cada paso que daba haciendo que mi espalda baja ardiera por los constantes golpes, tenía que seguir y proteger a mi bebé a como diera lugar. Dirigí mi mirada hacia Wonho y Hyungwon, al parecer ni siquiera las largas piernas del peli~rosa podían ir mucho más rápido de lo que nosotros hacíamos. Se notaba bastante cansado, pálido, pero nadie podía hacer nada por ninguno de nosotros. Estábamos en medio de una estación de trenes en Corea, de la cual ni siquiera recuerdo el nombre, siendo perseguidos por una horda asesina de zombies que querían nuestra carne. Nosotros sólo queríamos vivir.

Era extraño, siempre había pensado que cuando un Omega o un Alfa pierde a su pareja destinada porque está murió, el otro comparte automáticamente si destino… pero a mí, lo único que me pedía mi lobo y mi corazón es que diera vuelta atrás y regresara al vagón que habíamos abandonado, sin embargo mi parte racional aún luchaba por proteger a mi bebé, y justo a esa parte de mi era a la que le estaba haciendo caso. Tenía que luchar por mi pequeño cachorro… pero no quería dejar a Jooheon.

Mi cuerpo al notar que mi parte racional quería ganarle a mi lobo empezó a fallar, las piernas se me estaban atrofiado

¡Debía proteger a mi cachorro!

Así que hice uso de toda mi fuerza de voluntad para pelear en contra de mi propio cuerpo con el único objetivo de no arriesgar a mi niño.

Sin embargo algo pasó demasiado rápido para mí. Un aroma bastante familiar inundó mis fosas nasales, pero ese aroma estaba totalmente impregnado de un olor desagradable… sangre y muerte. Me negaba a volver mi cabeza y ver con mis propios ojos lo que mi mente ya había maquinado. Estaba demasiado mareado y con seguridad podía decir que me desmayaría en cualquier momento. Ya me había desmayado varias veces este día, y eso sin duda alguna era peligroso. Mi vista comenzaba a nublarse y yo solo quería seguir con vida.

Ese aroma era de Jooheon…

Me negaba a aceptar mirarlo siendo uno de ellos. Corrí más rápido, pero como si fuera una gran ráfaga de viento, algo color naranja corrió a mi costado y sólo pude sentir cuando mis piernas ya no estaban tocando el suelo. Solté una exclamación pero mi vista cada vez se hacía más y más borrosa, intenté ver el rostro de quien me había levantado… pero no era necesario, reconocería ese aroma donde fuera.

¿Había muerto y Jooheon venía a llevarme con él?

-¿Jooheon?- susurré, estaba tan agotado, ya no sabía qué hacer y ni siquiera sabía si lo que estaba viendo era real o una simple alucinación producto de mi segura muerte

-Soy yo Changkyun- cerré mis ojos con mucha fuerza y luego los abrí haciendo que mi vista fuera más nítida. La imagen que tenía enfrente era de Jooheon con muchos rasguños en el rostro, la sangre escurría por un golpe que traía en el labio, estaba cubierto de polvo y su cabello estaba alborotado, pero sobre todo sus colmillos de Alfa habían salido y sus ojos se habían tornado azules, eso significaba que su lobo tenía el control y que su instinto de protección había salido en su totalidad.

Una extrema felicidad me invadió al saber que estaba con vida ¿Cómo había salido de ahí? ¿Lo habían mordido? No sabía qué estaba pasando

-Estás vivo…- fue lo único que dije, él dirigió sus ojos tan solo unos segundos hacia mi y luego los regresó al camino. Corrió con mucha velocidad, incluso sobrepasando a Hyungwon y Wonho que seguro quedaron igual de sorprendidos que todos, lancé mi mirada a la espalda de Jooheon, pude ver a nuestros amigos más que sorprendidos, y una enorme horda de zombies casi pisándoles los talones. El pánico era evidente, yo seguía alerta y también pasmado, Jooheon estaba aquí y estaba vivo. No tardé mucho en escuchar como un vagón avanzaba en los rieles, dirigí mi mirada hacia enfrente y pude ver cómo un solo vagón de tren, que en realidad era la cabina avanzaba en las vías, Jooheon corrió mucho más rápido, sorprendiendome bastante

Train To Busan ; JooKyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora