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Le seguí hasta el coche, era uno negro con las ventanas blindadas.

Fuimos hasta el hotel hablando, él era muy sociable y eso ayudaba con los silencios incómodos.

Llegué a mi habitación mientras Noah me esperaba abajo, era enorme, una de esas habitaciones con grandes ventanas y todo blanco, además estaba tremendamente ordenada,  dejé mi maleta como Dios me dió a entender y salí con unos libros en la mano.

-¿Lista?- preguntó cuando me vió bajar.

-Lista- afirmé.

Volvimos a ir hacia el coche y no tardamos más de quince minutos en llegar.

-Presta atención a todo lo que Liam te diga.- me advirtió cuando estabamos bajando, asentí y miré el gran hospital.- Entremos, te esperan.

-Si- la voz me tembló un poco.

Entramos por la gran puerta, había un grupo de jóvenes sentados en una mesa, se levantaron para saludarme.

-____ ¿No es así?- dijo una chica peliroja.

-Si, exacto.

-Soy Sadie, ella es Millie, Jack y bueno a él ya le conoces- señaló a Noah.- somos tus compañeros, tú equipo en práctica.

Sonreí.

-Ahora que nos conocemos ¿Has desayunado?- preguntó Jack, esa frase me recordó a mi madre.

-No me dió tiempo- dije riendo nerviosa.

-Aquí venden los mejores cafés- dijo Noah en mi oído y yo levanté una ceja en señal de sorpresa.

-Bien, pues entonces me pediré un café.

destinity ; finn wolfhardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora