37 Capitulo...

209 6 2
                                    

_ está bien, no te preocupes yo controlo eso – dice con seguridad, no sé porque siento que si puedo creerle, tal vez un mortal como yo dijera eso solo para estar conmigo, pero Zac... Zac es diferente y no creo estar preparada para ser mamá -

__ confío en ti – le advierto y él asiente – si no es cierto te buscare en el infinito y más allá

___ hablo en serio, Tn, puedo cuidarte - asegura-

__ okey – digo y él suspira en señal que está listo, y yo más nerviosa que cuando llegue al parque. -

  Jamás me imagine que mi primera vez iba a ser en un cuarto de herramientas de un parque a las cuatro de la madrugada, en medio de una gran tormenta. En realidad nunca me imaginé mi primera vez, mi mente tenía suficientes problemas como para andar fantaseando con esto, y aquí estoy viviendo esto sin antes haberlo fantaseado.

  Siento sus dedos fríos llegar al cierre de mi vestido bajándolo despacio, me bajo de la fría mesa de metal sin dejar de besarlo, mi vestido cae al suelo, sus manos acariciaba mi espalda hasta mi cabello, soltando lo que quedaba de mi peinado, empapando aún más mi espalda con las finas gotas que caían de los rizos. Mis manos viajan de sus suaves y firmes hombros hasta su pecho, sus besos bajan desde mi cuello hasta mis hombros, me toma por la cintura con fuerza haciendo que doblara mis rodilla, sentí un poco de su peso sobre mí, sé que lo hacía para sentarme en el suelo. Al sentarme creí que mi cuerpo impactaría con el piso frío, pero no, caí sobre una fina tela. No se dé dónde salió pero tampoco estoy interesada en averiguarlo en este momento. Recuesto mi cabeza con cuidado en el suelo y todo su peso cae sobre mí, sus labios se movían al ritmo de los míos, acompañados de suaves mordidas, en pocos minutos el frío por la lluvia que aún sigue cayendo desaparece de mí, todo su cuerpo me proporciona el calor que necesito. Mis manos temblorosas encuentran la evilla de su cinturón, sin saber cómo, se lo quito rápidamente, mi respiración estaba acelerada y completamente nerviosa por lo inexperta que soy.

  Sus manos acariciaban mi cuerpo lentamente haciendo que cada caricia fuera una corriente de electricidad recorriendo mis venas, desabrocho su pantalón y él me ayuda a quitárselo. Aún no me atrevo a ver a su bóxer. Vuelve a captura mis labios en un beso con más rapidez y lleno de necesidad, es como si quisiera devorar mis labios. Él es único, todo lo que hace y como lo hace es diferente. Sus labios descienden por mi cuello mi hombro hasta llegar a mi abdomen, besando cada centímetro de él, mis ojos aún no se podían abrir por las sensaciones que causaba en mí. Pone sus manos tras mi espalda buscando el broche del sujetador hasta encontrarlo, me inclino un poco hacia arriba dejando que lo quitara con mejor facilidad, tomo el valor para mirarlo a los ojos, su color cambio por completo, de ese hermoso color azul pasaron a unos ojos color grises, un gris que alumbraba todo el cuarto ¿cómo puede pasar eso en él? Se acerca a besarme y una de sus manos toma uno de mis senos con fuerza haciendo que mis ojos se abrieran de inmediato con un profundo gemido, mis mejillas ahora están que arden.

  Mi espalda se arquea con su toque, mi respiración era irregular, siento que no puedo más, luego hace lo mismo con el otro y mis dedos se entrelaza con su húmedo cabello, mi cuerpo no podía dejar de moverse debajo del mientras daba masajes en ambos de mis senos mientras mordisqueaba mi mandíbula, se separa unos centímetros y me mira. Se baja un poco más posando sus manos en mis caderas encajando la punta de sus dedos en ella, ambos mantuvimos la mirada y yo asiento para lo que valla hacer lo haga ya. Desliza mi última prenda en mi cuerpo por mis piernas y siento toda la sangre en mi cara, se acerca a darme un rápido y profundo beso en mis labios hinchados, de pronto todo quedo a oscura y no puedo evitar sonreír.

  En el mejor momento se tuvo que ir la luz, esto me facilitará un poco mejor las cosas. Mis dedos se enganchan en la liga de su bóxer para indicarle que es su turno, se aleja de mí y mi desesperación aumenta. No puedo ver nada solo el destello de los truenos pasarse por debajo de la puerta y la ventana – Tn, si te lastimo, solo dime – susurra en mi oído con voz ronca dejándome paralizada, yo solo asiento con mis ojos completamente cerrados, se lo que toca ahora y estoy muy nerviosa demasiado, pero ahora he llegado muy lejos para detenerme, y es que no quiero detenerme.

Los Protectores  (Zac Efron)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora