Bajo las Sombras (Cancelada)

Capítulo 1

¡Hola! Este es el inicio después de taaanto. Espero que les guste :D

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Enero de 2319.
Estaba mirando por la ventana del abteilung, recargada en la pared, cuando el talkbox sonó. Me acerqué a la mesita junto a la cama y lo encendí. "Lud, El Coronel te necesita en la Sala Superior". Era Lukha en forma de holograma saliendo del artefacto. Asentí y pulsé el botón para que la imagen desapareciera en un destello.

Salí del abteilung cerrando la pesada puerta de acero y bajé las escaleras. Llegué hasta abajo y me integré a la fila de personas que caminaban por la calle principal que desembocaba al frente del Edificio Central de Mando. La pequeña ciudad estaba repleta de personas que salían de sus trabajos y se dirigían a comer. Yo haría lo mismo después de hablar con el Coronel.

¿Quién soy yo? Para empezar, mi padre había muerto hace medio año por la misma razón por la que muere la mayoría de la gente día con día en este lugar. Su nombre era Eleazar Rossetti, él era el Coronel (igual que mi abuelo y así generaciones y generaciones atrás) de esta kleinstad. En su testamento, además de todos sus bienes, me heredó el puesto, pero por lo visto, yo aún era demasiado joven para obtenerlo y nunca había estado en manos de una mujer, así que tuve que hacer algunas negociaciones; en primer lugar, tenía que cumplir 19 años y salir viva de una especie de "misiones" para el gobierno. "Tenemos que asegurarnos de que eres apta para gobernar la ciudad" dijo uno de los ejecutivos. A ninguno le había importado que mi padre personalmente me hubiese dejado el puesto sin condiciones.

Con respecto a mi madre, ella murió cuando yo nací y a mi padre le dolió tanto la pérdida que jamás se volvió a casar. En realidad para que mentirles y decirles que extraño a mi madre si no la conocí, pero si me hizo mucha falta toda la vida y siempre me he preguntado porque que la vida tuvo que llevársela cuando nací. Para compensarlo me mandó a uno de los mejores padres, el Coronel Rossetti, un hombre cariñoso y consentidor que siempre me cuidaba, yo era su adoración, hasta que un día la vida me siguió odiando y se lo llevó.

Subí las escalinatas grises que daban a la puerta de acero. Uno de los dos guardias que cuidaban la puerta me pidió que le mostrara mi muñeca para poder colocar un identificador, los dos sabían perfectamente quien era yo, pero era de rutina hacerlo para permitir el acceso.

-Sentimos mucho lo de su padre, señorita- me dijo de pronto uno de los guardias en tono confidencial.
-Siempre será recordado como uno de los mejores -respondió el otro sonriendo con tristeza.

Asentí.
-Gracias a los dos por sus palabras.

"Ludwika Rossetti, acceso aceptado"

Los guardias abrieron las puertas y entré al edificio. Era un lugar con techo alto, lámparas más elegantes de las que cualquier persona puede tener dentro de sus abteilung. A los lados, puertas que daban a distintas oficinas y en medio un ancho y largo pasillo con una alfombra gris que mostraba el camino directo a la Sala Superior, la oficina del Coronel.

Cada oficina se dedicaba a algo, la administración de energía eléctrica, el control de ganado y agricultura, la administración de escuelas y trabajos, el control de la temperatura, la oficina del agua, el control de oxígeno, la sala de investigaciones y tecnología, la de telecomunicaciones y mantenimiento de artefactos tecnológicos, la oficina de industria, el control de la ropa especial, la administración de la minería especializada, la oficina de ambiente, la sala de leyes y justicia, el control del banco, la administración de los servicios de salud, el control de identificación y obligaciones, la oficina de censo, etc, etc, etc.