Capítulo 8 No quiero mas osos de felpa

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El sol podía hacer que un cuerpo sintiera calor y si no se resguardaba podía hacer un daño el cual duraba varios días hasta que sanara la piel, sin embargo, era distinto para Anthony quien no podía hallar nada para calentar su alma, corazón y aquel enorme vacío que yacía en su interior

Las paredes blancas los rodeaban asfixiándolos, viéndolos como se alejaban y la relación iba en picada sin remediar el daño al guardar secretos, lo peor que se podía hacer repitiéndolo sin entender del pasado y eso se reflejó bastante en los días venideros, alejándose siendo ahora dos barcos a la deriva en el mar intentándose acercarse sin usar los remos que tenían a la mano y sin querer nadar temiendo que el otro no les ayudara al intentar subir a su barco. Lo peor para ambos era pasar las noches a solas, Anthony en su camilla y Steve en las sillas de emergencias.

En un momento de esas noches en vela que pasaba en soledad por petición propia recurría a los recuerdos en donde tocaba su vientre o yacía en los brazos de su pareja al decirle que un nuevo miembro llegaría a la familia, jamás olvidaría la esperanza que hubo con su primer bebé pero fue su primera perdida y el dolor que más le afectaron, esos recuerdos no surtían el efecto deseado en desaparecer ese terrible vacío que ya se convertía en un abismo en donde su cordura se disipaba y surgía la idea de descansar al lado de sus hijos algo sumamente tentador para él.

Aquellas noches se habían convertido en semanas finalizando en hacerse un mes y medio en aquel hospital donde por medio de doctores y una que otra visitar al terapeuta intentaban mediar el dolor de Anthony solo así se lograba que caminara a través de los pasillos, al jardín y sobre todo comer. Jamás era fácil intentar que viviera después de una gran pérdida.

Solo que para Steve la situación tampoco era sencilla, uno que otro día pensaba si era mejor seguir juntos o tener que separarse ya que sabía que Anthony le ocultaba algo y no podía ayudarlo, los miedos del pasado se volvía cada vez más fuertes y el secreto que descubrió en la misión le carcomía la mente pensando donde habría dejado sus principios de ser honesto, ya no lo era ni con quien quería fuese su futuro esposo pero pensaba ¿Acaso tenían futuro para dar ese paso?

15 de octubre, tres meses para el desastre o tal vez no.

Jamás creyeron que ese día llegaría lo veían imposible debido a como seguía Anthony, pero ya era tiempo de que su tratamiento fuese en la casa dándole un nuevo aire a que siguiera agobiándose en el hospital.

Ese día se despertó al ser molestado por el sol olvidando por poco que día era ese si no fuera por Steve el cual llego con un traje negro puesto y otro para él junto con sus gafas. Con cuidado le ayudo a levantarse y bañarlo teniendo que quitarse la parte de arriba del traje escuchando de vez en cuando las bromas de Tony que le reconfortaban y disipaban la tortura de su secreto y lo que estaban a punto de hacer. Ya listos arreglados y ambos usando los trajes negros uno más ostentoso que otro solo faltaba una cosa por lo que Steve tuvo que irse dejándolo, no se quedó solo por mucho tiempo y ya al regresar a la habitación lo tomo en brazos depositándolo con suavidad en aquella silla besándolo intentando transmitir confianza y el amor que sentía, rogaba que eso le fuese más que necesario para este momento.

Ambos empezaron a dirigirse a la salida trasera del hospital, en el camino Steve agradecía que Rhodes hiciera una farsa para que nadie viera a Anthony en ese estado, ya le había dado lo había hecho personalmente pero jamás lo olvidaría por todo lo que hacía y más porque en esos momentos debía de descuidar a Pepper de sus cuidados en lo que sucedía eso, como sentía dolor por ella su salud empeoraba de la misma forma o peor como la de su amado cada vez que perdía a un bebé si algo le sucedía a ella jamás se lo perdonaría Anthony, sabía bien las consecuencias que ocurrirían con eso y lo temía.

Ahora estás tan lejosWhere stories live. Discover now