Capítulo 10 Go without me

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Dolor eso fue lo primero que sintió al recobrar la conciencia, el impacto fue de tal magnitud logrando que se hallara aturdido en aquel frío pavimento, apenas podía escuchar las sirenas a lo lejos, si tan solo su mente procesara aquellos llantos de su hermana la cual estaba a unos escasos metros de él la podría consolar, al no recordar nada por el momento intentar arrastrase gritando de dolor e iba a bajar la mirada a su abdomen cuando su vista se oscureció.

Volvió a recobrar el sentido en aquella camilla, una luz deslumbro sus ojos, veía los labios de la doctora moverse sin saber lo que decían, seguía aturdido sin percatarse de las dos camillas que entraban detrás de él, la respiración le costaba haciéndole perder el conocimiento nuevamente. Al abrir nuevamente sus ojos el dolor siguió presente y no se disipaba, empeorando ante las sacudidas de su cuerpo herido al estar en un avión sin poder más que emitir gemidos del dolor, el viaje era algo largo y al no poderle ayudarle los paramédicos debieron de administrarle calmantes y sedantes.

Solo los medicamentos lograron desvanecer el dolor físico haciendo le navegar a sus recuerdos los cuales le abrazaron dándole aquella felicidad pasajera donde la muerte nunca sucedería y un mañana nunca existiría de esa forma nadie podría sufrir la despedida eterna de la persona a quien más amaba desde el momento que nació sintiendo sus cálidos brazos logrando calmar su llanto y conociendo su dulce voz. Todo parecía tan real, sus recuerdos de la tragedia desaparecieron, en ese lugar no podría suceder nada malo a menos que quisiera regresar a la realidad afrontando los peores miedos donde ningún humano ha sido entrenado para soportarlos.

El frío era tan abrasador haciéndole recordar que jamás en ninguna temporada anterior se sintió de aquella forma pero solo movió su pie adentrándose en aquellas sabanas viendo su cuarto rojo vino y estrellas en el techo, puede ser infantil a su edad pero le recordaba a las personas que más amaba en ese mundo, los sentimiento de culpa volvieron no soporto ver el color tapando su rostro, en días pasados ni siquiera se atrevía a mirar la foto con Anthony y Steve los cuales lo abrazaban junto con su hermana menor, eso le provocaba un mayor dolor en su corazón.

-Soy un estúpido, solo espero que me perdones y que estés en casa Tony, si tan solo pudiera culpar a los cambios de la adolescencia de mis palabras que te grite, fui un estúpido en decirte que no eras nadie.

Eso había ocurrido un lunes decidiendo faltar nuevamente preparándose para un viaje con sus supuestos amigos olvidando que él debía de llevar a su hermana a la escuela ignorándola desde su cuarto, su madre quien apenas llegaba de una jornada agotadora, estaba más que consternada dándose cuenta de la actitud de su hijo, iba a acercarse a confrontarlo cuando una llamada la hizo detenerse en aquel instante esperando que su hijo contestara al reconocer el tono pero eso no paso, solo pensaba en que punto su inocente y dulce niño había cambiado, volviéndose aquel superficial adolescente quien ignoraba las llamadas del hombre a quien más admirada desde que pudo hablar y sobre todo cuando lo conoció. Se hallaba en el sillón con su hija presenciando como incrementaba su enojo al no cesar las llamadas llevándolo a explotar contestando el celular en el momento que aventaba la maleta hacia la pared teniendo que taparle los oídos a su hija al escuchar los gritos, era la primera vez que descubría aquella faceta, lamentablemente llego tarde al detenerlo ya había atacado con aquellas palabras al decirle que no era nadie en su familia que ya estaba harto de sus llamadas y que poco le importaba aquella tonta relación.

Fue allí que su madre le sujeto con fuerza la mano viendo el celular para descubrir que Anthony había colgado la llamada, en ese momento Harley conoció aquella mirada de enojo de su madre e igual su tono de voz al regañarlo teniendo que vigilarlo en su día de descanso, sin embargo, en ese momento en donde el silencio reinaba solo rezaba que su hijo entrara en razón también no dejaba de sentirse culpable al llegar tarde para intervenir.

Ahora estás tan lejosWhere stories live. Discover now