•|Capítulo 3|•

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Lydia Black:

Ya estábamos de regreso con Guada de nuestra caminata, o mejor dicho, de nuestras carreras. Pasábamos por el gran parque del casón hasta llegar a su entrada.

- Tengo que irme, Elena me ha estado llamando desde la mañana y justo ahora me dio jaqueca - dijo, colocando su mano en la frente mientras yo la miraba confundida.

- Um... ¿Cómo es que te llamó si nunca sonó el tono de tu celular? - Elena es una bruja de más de 2,000 años de edad pero aparenta unos 40, y es quien me ayudó también con los brujos, ya que al ser más antigua es más fuerte y tiene más poder.

- Por la mente, dice que me necesita para hacer un hechizo de algo con no sé qué y otras cosas más - sonreía al terminar.

- Bueno, ¿vendrás por la tarde, brujita?

- ¡POR SUPUESTO, SEÑORA ALFA! - exclamó, tratando de hacer una voz de hombre y se reía, la miraba y soltaba una carcajada.

- Aún no soy Alfa, hasta que me transforme.

- Sabes que eres un alfa, incluso sin transformarte, y también se nota a kilómetros que serás un alfa... Tienes un aura muy fuerte y superas a los alfas normales, incluso a tu padre, que lidera una de las manadas más fuertes - la miraba con cara de "um... bueno" ya que no sabía que tenía un aura tan fuerte como me acababa de decir.

- Y... ¿qué puede suceder cuando me transforme? - la miraba fijamente, parecía que se me iban a salir los ojos.

- Cuando te transformes, tu aura será aún más intensa, podrías perder la memoria, enloquecer y matar a todos... - me miró con cara de preocupada y yo con cara de miedo.

- Ok, ya me voy, porque si no, Elena me va a volver loca con tantos avisos que me da para que vaya rápido - me despedí y se fue a... ¿velocidad vampírica? Vaya, estos brujos modernos son muy avanzados...

No sabía que las brujas podían hacer eso... En fin, me di la vuelta y entré a mi casa.

Eran aproximadamente las 8:23 am.

Subí las escaleras y me dirigí a mi cuarto, luego caminé hacia el baño para darme una ducha y quitarme el sudor. Al salir, me puse un pantalón corto blanco y una blusa rosa que me llegaba hasta los glúteos.

Observaba mi habitación y suspiraba; parecía que un huracán había pasado por allí. Comencé a ordenar cosas y a hacer la cama.

Al terminar, eran aproximadamente las 9:50 am. Fui a mi balcón y abrí las puertas para dejar entrar el aire fresco. Salí y desde allí tenía una vista espectacular del bosque y del enorme parque del castillo; nunca me cansaré de admirarlo. A lo lejos, veía a mi padre transformado y a mi madre a su lado; son como uña y mugre. *Si mi madre me oyera decir eso, cometería hijacidio*, pensé, riéndome.

Volví a mirar a mis padres que caminaban hacia la entrada y, de repente, mamá cayó al suelo de golpe. Se desplomó como si no tuviera vida...

- ¡¡MAMÁ!! -grité asustada. Sin darme cuenta, me lancé por el balcón, cayendo unos metros y, por suerte, aterricé de pie. Empecé a correr hacia ella con todas mis fuerzas y, al llegar, me arrodillé junto a mamá.

- ¡¿Qué le pasó?! -exclamé histérica y sin aliento.

- ¡No lo sé! Hay que llamar a Elena para que la revise -me miró y luego la cargó en sus brazos, corrimos hasta la entrada de la casa y la llevó a su habitación.

Mientras yo llamaba a Elena, papá se encargaba de que su pulso no bajara o le diera algo más grave.

- Elena ya viene en camino -le informé entrando al cuarto; cuando entré, él estaba sentado al costado de ella, tomándole la mano.

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⏰ Última actualización: Apr 05, 2024 ⏰

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