CAPÍTULO 4

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Abrí la puerta con miedo y lo miré, mis ojos empezaron a llenarse de agua y la respiración empezó a faltarme; baje lentamente mirándolo, él no era mi mejor amigo, Erick, el que yo conozco jamás me haría daño, me protegería de todo esto y me llevaría a casa; se acercó a mí y tomo mi brazo.

- ¡No me toques! - me aleje bruscamente de él y abrase mi cuerpo.

Me empujo levemente para que caminara hacia la casa, jamás había sentido tanto miedo; las cosas no podían terminar así, fui precavida, me cuide de todos los que me perseguían y me termino traicionando la persona en la que más confiaba.

Abrió la puerta y me empujo dentro, tenía un olor a viejo y ha guardado, se escuchaban algunas goteras y la pintura estaba descascarada, me sentía como en una película de terror, tenía un mal presentimiento en el pecho.

Erick me llevo a empujones a un cuarto oscuro y sucio, con un olor horrible; mi miedo iba aumentando cada vez más, sentí que me desmayaría en cualquier momento; escuche voces detrás de la puerta, alguien se acercaba; un tipo alto y flacucho entro, “El no podría hacerme daño” pensé y reí bajamente.

-Pero a quien tenemos aquí- dijo el hombre acercándose tomándome de la barbilla- A la gran detective, María Díaz Martínez- dijo soltándome bruscamente y empezó a reír- debo aceptar que eres muy escurridiza, fue muy difícil encontrarte- rio tomando una silla y sentándose frente a mí.

- ¿Quién eres? ¿De dónde me conoces? Si no me sueltas les ira muy mal a todos ustedes- dije mirándolo levantándome de la silla y acercándome a él.

-Erick, creí haberte dicho que la amarraras a la silla- dijo alzando la voz. Se levantó y me sentó en la silla de un empujón mientras Erick me amarraba a ella.

- ¿Cómo lo conoces? - mire a Erick forcejeando- Erick ¡basta!, respóndeme ¡de donde lo conoces! - grite a punto de llorar.

-Que no te dijo detective, el señor y yo, somos socios desde hace meses, el me ayudo a encontrarte- susurro cerca de mí y rio a carcajadas.

- ¿Qué?, ¡me dijiste que te habías metido en un embrollo no que llevabas tiempo ayudando a este señor a encontrarme, por eso tenías ese repentino interés de saber cuándo vendría a verte! - grite forcejeando y mirándolo aguantando las ganas de llorar, tenía que ser fuerte, no podía terminar así.

- ¡Cállate! - grito molesto acercándose a mi- así tenía que terminar, jamás debiste meterte en esto, es demasiado peligroso para alguien como tú- se agacho a la altura de mi cara y tomo mi barbilla- Jamás lo hubieras logrado- me soltó y se levantó mirando a el tipo- Cumplí mi parte, no vuelvas a llamarme, donde esta lo mío- dijo y estiro su mano.

-Toma y vete antes de que me arrepienta- dijo estirándole un rollo de billetes y tomo la maleta del piso y mirándola- espera, espera, espera, esto tiene un candado con clave o algo así-dijo mirando a Erick.

Erick se acercó y la miro, note la sorpresa en su rostro, pareciera que no se había percatado; le arrebato la maleta y se acercó a mí.

-Ábrela- me acerco la maleta; lo miro seria y reí un poco.

-No- dije acercándome un poco y sonriendo falsamente.

- ¡Que la abras! – grito desesperado.

-Ni a golpes- dije retándolo y lo miré con el ceño fruncido.

-Bien, todo hubiera sido más fácil si me hicieras caso, podrías haberte ido sana y salva, Marcos abría capturado a Enrique, deshacerse de él y listo, te quitaban un peso de encima, si no abres esa maldita maleta nos mataran a ambos- susurro cerca de mí con enojo.

-Caigo yo caes tu- susurre cerca de él mirándolo con rabia.

-Bien, por las malas será- se alejó dándome la espalda, se quedó quieto a unos centímetros de mí.

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Pinche Erick, se pasa de traicionero we pero bueno.

El siguiente es el último capítulo juas juas.

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PaoCon🍃

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