SECRETS AND LIES

PARTE (2) LA VIDA CORRE MÁS RÁPIDO QUE TÚ

Pov Jae

"Somos extraños de nuevo, pero esta vez con recuerdos."

Por fin termino el día, Estoy en el estacionamiento entrando a mi auto, después de salir de la oficina y lo único que quiero es ver a Anna. Ha sido un día tan agotador y estresante.

Cierro la puerta y enciendo el motor. Boston es una ciudad bonita, jamás imagine vivir este lugar pero es agradable, aunque es triste no poder reunir con mis padres más seguido.

Media hora después estoy llegado a casa, mi hija está en la puerta esperándome. Cuando bajo del auto ella corre en mi dirección y se lanza en mis brazos.

–Papi. Te extrañe muchísimo–dice mi pequeña.

Envuelvo en mis brazos mientras le doy besos por todo la cara.

–Ya niños–dice Lea. Ella esta cruzada de brazos en la puerta de entrada mientras nos ve con una sonrisa tensa que no puede dismular. Conzco demasiado bien a Lea que se que algo le esta molestado.

Me acerco y me inclino besando su frente. Lea me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa. Anna me pide que la baje y sale corriendo a la casa. — ¿Cómo estuvo tu día?—dice ella apartándose de la entrada para dejarme entrar.

—Agotador. —dije aflojándome la corbata y entrado a la casa. Lea cerró la puerta detrás de ella. Tan pronto cuando estuve dentro pude notar la tensión en ella y su nerviosismo.

—Ha vuelto a llamar. —dice ella.

Mis ojos se agrandan y me pongo tenso. — ¿Qué quiere?—pregunte.

—Yo... —se desploma en sillón y sus ojos se humedecen. Me acerco hacia ella y me siento a su lado—sujetando sus manos que están frías.

— ¿Qué pasa, cariño?—dije. Solo cálmate y dímelo. Vamos a arreglarlo juntos.

—Rafe hablo de volver al grupo. —suspiro. Él quiere que después de ocho años, volvamos a reintegrar el grupo. Al parecer nuestro manager se enterado que estábamos en Boston y está viniendo, él quiere que nos encontremos. —Oppa se inclinó enredando sus brazos en mi cuello, solo hasta ese momento fue consiente de cuanto Lea estaba temblando.

Acaricie su cabello y la abrace con todas mi fuerzas. —Tranquila, mocosa. —dije. No voy a dejar que nadie te haga daño.

Ella se alejó aun con lágrimas en los ojos y sonrió. —tengo veinticuatro años. —dijo limpiándose las lágrimas con su mano.

—Para mí siempre serás una mocosa. —apreté su mejilla suavemente. Te vi prácticamente crecer desde que tenías quince años.

—El tiempo ha pasado tan rápido. —suspira. Ahora tengo Anna y tu te has vuelto un abuelo de treinta y dos años.

—Así nos llevamos. —dije haciéndole cosquilla. Ella se retorció en el sillón evitando que siguiera haciéndole cosquillas. Anna se nos unió cuando escucho las risas de Lea. —Ataca a papa —grito Lea.

Anna se lanzó sobre haciéndome cosquillas. Intente mantener mi cabeza en este momento hermoso que tenía con ellas, y no pensar en lo que se nos estaba avecinando. Si el manager Kim había logrado encontrarnos, era solo cuestión de tiempo antes de que alguien más de con nosotros.

Lea me mira y sé que no tengo que decirle nada para saber lo estoy pensando. — ¿Quién quiere pizza?—pregunte.

—Yo, yo appa. —grito Anna.

Sonreí al ver sonreír a Lea con adoración hacia nuestra pequeña hija. —Ve por tu chamarra cariño. —dije. ¿Hoy cenaremos fuera?

Anna ya estaba corriendo escaleras arriba. — ¿Creo que deberíamos buscar otro lugar?—dije.