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coward » kim taehyung {3/3}

—Puedo hacerlo yo solo, noona.

Iba a decirle por milésima vez que no usara ese apelativo conmigo, pero empezaba a entender que era algo casi automático si hablábamos de Jeon Jungkook. Siempre reconocía a sus mayores con gusto y no por una tonta obligación como la mayoría lo hacía.

Así que, cerré la boca y, sonriendo un poco, dejé el desinfectante en la mesa de la cocina de Tae.

Era un buen chico y veía en sus saltones ojos lo mucho que quería a Tae. Porque Tae se hacía querer, de eso no tenía ninguna duda, y Kookie tenía el corazón que mi mejor amigo buscaba en los demás.

—¿Puedes curarte eso tú mismo? —le pregunté, tomando asiento frente a él.

Jungkook asintió al tiempo que abría la botella y untaba el líquido en un trozo de esponjoso algodón. Yo cogí una de las tiritas de la pequeña caja de primeros auxilios y esperé a que terminara de limpiarse el corte que uno de esos hombres le había hecho al golpearlo con un anillo en el rostro. La herida se encontraba en su nariz y me pareció muy tierno verle porque le costó más de lo que creyó en un principio.

Dejó ir un suspiro al acabar y me miró.

—¿Tú no tienes ninguna herida? Ese hombre te agarró y ... —me preguntó, preocupado.

—No. Estoy bien —le aseguré—. Vosotros os llevasteis la peor parte.

Jungkook asintió, apoyando la espalda en el respaldo de la silla.

Yo me acerqué a la tetera y tomé el té que se había estado preparando mientras nos ocupábamos de sus golpes. Le tendí una taza a Jungkook y él la aceptó con gusto. Yo me preparé una, aunque no tenía el estómago muy predispuesto para ingerir nada. Ni siquiera aquello, que me ayudaría a controlar los nervios.

Dejé un tercera taza lista para servir, consciente de que Tae querría una.

Había sido una noche mucho más movida de lo que prometía en un principio, pero lo importante era que había terminado... ¿Bien?

No estaba segura de ello, sin embargo, quise creer que así era.

Todavía no había enfrentado a Tae y eso era lo que me daba más miedo.

Al llegar a su apartamento, él nos dijo que tomaría una ducha par despertarse. Yo no dije nada más y lo ayudé a tomar unas toallas limpias del armario. Todo el cuerpo le dolía, por lo que necesitó algo de ayuda para alcanzar el estante más alto. Me lo agradeció y ví cómo entraba en el cuarto de baño dando algún que otro traspié.

Después de eso, el agua de su ducha empezó a correr.

Jungkook y yo, desde la cocina, la escuchábamos de fondo mientras hablábamos de lo que había ocurrido en aquel bar. Él sabía que yo tenía que hablar con Taehyung de muchas cosas, así que, en cuanto la puerta del aseo chirrió, se levantó de golpe. Parecía haber olvidado su herida, pero ambos éramos conscientes de que quería dejarnos a solas lo más pronto posible. Aunque había sido indirectamente, esa madrugada ya se había entrometido demasiado en un problema que solo nos incumbía a Tae y a mí.

Jeon Jungkook me sonrió, visiblemente aliviado.

—No quiero molestar más, noona —ladeó la cabeza y sus ojos sonrieron al mismo tiempo que sus labios—. Debería irme ya. Es muy tarde.

—Pero ... —me quejé, ligeramente incómoda por su inmediata voluntad.

—¿Ya te vas, Jungkook?

La voz de Tae logró que dejase de hablar y me girara. Encontré a mi mejor amigo poniéndose una camiseta limpia de mando corta. Su abdomen se mostró un poco y mis ojos se vieron obligados a cambiar de dirección decidí a ello.