Viagra Joke ''yoonmin

Incómodamente de compras [parte 4]

—Me encantó ese espectáculo, nunca creí que alguien pudiera estirarse así.—Jimin caminó por el supermercado con Yoongi atrás.—Bien, me hace falta jabón para manos, aunque creo que será sustituido por brownies.

Últimamente gasto mucho en cosas menos importantes que mis brownies.

Yoongi respiró hondo mientras escuchaba el parloteo sin fin de Jimin. Él creía firmemente en que habían cosas más importantes que decidir en qué mierda gastaras tu dinero. Como por ejemplo, era más importante el hecho de que Yoongi no sabia cómo hizo para ocultar su bulto de todas aquellas familias sentadas al lado de él en el circo y caminar con una erección de oro en un supermercado.

—Creo que tu higiene personal es más importante que lo-los brownies.

Jimin suspiró y se detuvo en frente del mostrador que tenía brownies de distintas marcas.

—¿Me prestas dos- ¿te sientes bien?

Jimin creyó que podría ganar una nominación en los Oscar por su magnífica manera de actuar y de no reírse tan fácilmente.

—Si, e-es solo que tengo calor.—Yoongi fingió una sonrisa y se inclinó un poco hacia adelante.

—Podemos irnos si no te sientes bien, porque, déjame decirte que estamos a veinte grados en este momento. Es un poco extraño que tengas calor, amor.

Yoongi rascó su cabeza, con nerviosismo. En un gesto demasiado rápido, tomó una caja de brownies y caminó a pasos largos hacia la caja.

—Toma lo que necesites y vámonos.

Y si Jimin no supiera su problema, habría estado ofendido por su manera de contestarle.
Sonrió y con pequeños brincos llegó hasta la caja con Yoongi.

°°°

—... solo estoy diciendo que si quisiera una maldita recarga la pediría, él no tenía por qué insistir tanto.— se metieron al coche.— No entiendo cuál es su maldita insistencia.

—¡Jimin!— gritó Yoongi, interrumpiendo a Jimin y golpeando el volante.— ¡creo que si el jodidamente te insistió tanto es porque es su maldito trabajo de mierda! ¡A veces uno no puede elegir si quiere o no asfixiar a las personas!

Jimin quiso reír tan mal, pero su broma estaba en juego. Así que con todas las fuerzas del mundo, suprimió sus carcajadas e hizo un puchero bastante real al parecer, ya que la mirada de Yoongi se suavizó y comenzó a disculparse.

—Joder, Minie, lo siento tanto, es solo que llevo un día de mierda y...

—Pero si haz estado todo el tiempo conmigo, — fingió un sollozo.— ¿eso quiere decir que tú día es una mierda si estás conmigo?

Yoongi tenía dos enormes problemas, primero, su maldita erección no bajaba y segundo, Jimin estaba a punto de llorar. Talló su cara mientras gruñía en desesperación y volvió a golpear el volante.

—Dios, no bebé, es solo que tengo un pequeño problema-

—¿Conmigo?—Dijo Jimin, fingiendo un sollozo de nuevo.

—¡No! ¡Jamás contigo, lindo!— Suspiró.—Es solo que tengo una maldita erección de mierda que no sé cómo carajos logré, quiero decir, jamás habría crecido que se me parar tanto tiempo. No quiere decir que lo espere, es que ¡jamás había llegado a tal magnitud! ¿Hay algo mal conmigo?—Habló y preguntó, tomó a Jimin de los hombros y con los ojos saltones y fijos en el, preguntó:—¿Hay algo mal conmigo, Jimin?

Jimin parpadeó varias veces, miró sus labios y tragó saliva.

—Creo que si se te ha parado tanto es un regalo de nuestro señor, no algo malo.

—¡Me duele, Jimin!—Gritó y soltó sus hombros, estrellando su espalda contra el asiento.

No aguantó más, soltó una carcajada enorme y trató de ocultarla con un carraspeo de garganta. Yoongi frunció el ceño.

—Deberías buscar algo en internet que te ayude a bajar eso.—Susurró Jimin, "tímidamente".

Yoongi lo miró curioso.—¿Quieres que vea porno contigo aquí?

—¡Dios, Yoongi! ¡Obvio no!— quiero que lo hagamos.— Quiero decir que busques una solución en internet, una manera natural de bajarte eso.

—¿Meneármela no es natural?

—¿meneártela? ¿Cuántos años tienes, Min?—Jimin tomó su teléfono y buscó por unos minutos hasta que encontró la manera más ridícula de bajar una erección.

—Aquí dice que podría bajarse con unos cuantos saltos altos, lo más alto que puedas.

Yoongi abrió la puerta del coche y salió, parándose al lado de él.—¿Qué esperas? Dime cuantos malditos saltos.

—Quince.

Yoongi gruñó y con la dignidad por los suelos, saltó lo más alto que pudo.

—Uno...— Jimin rió.—Dos, tres, cuatro, ¡más alto!, cinco...

—¡Te pago el gimnasio, guapo!—Gritó una chica que veía a Yoongi saltando a lo lejos.

Jimin salió del auto, apartando a Yoongi quien no dejaba de saltar.

—¡Págate una cirugía de rostro, zorra!

—...doce, trece, catorce...

Jimin rió sin evitarlo, Yoongi lo miró mal y después bajó su mirada a su entrepierna. Maldijo e hizo un mohín.

—¡Esta mierda no me deja!

Jimin rió a carcajadas, doblándose de la risa y quedándose sin aire.

Su plan a plan comenzaba a dar frutos.