Butterfly (나비) | WonHa [Saga Music Reality]

ㄴ Transversalㄱ

|| Capítulo ocho [08] ||

Había corrido lo más que pude, creo que nunca en mi corta vida después de la muerte había corrido tanto.

¿Razón? El extremo e indescriptible dolor que sentía. Sentía como mi cuerpo espiritual se iba desvaneciendo, poco a poco, lentamente, haciendo mi sufrimiento más insufrible.

¿La causa, o la causante? Una maldita enana a la cuál no encuentro, y eso hace que literalmente mi cuerpo se esté autodestruyendo.

Había sentido este dolor al separarnos antes, sí; pero ella había vuelto muy poco tiempo después. Ahora, que llevo más de 15 minutos sin estar a su lado, y que por alguna extraña razón la sienta cada vez más lejos de mí, hace que mis esperanzas de reencontrarla y vivir se vayan desvaneciendo, junto con las lánguidas fuerzas que me quedaban.

¡M-Maldición!  —Espeté un gemido ahogado, expeliendo quizás los últimos alientos que me quedaba.

Mi cuerpo cae en tierra. Obviamente no siento el golpe contra el pavimento, pero ya era suficiente con esta crisis abismal por la que estaba pasando.

Me coloco en posición fetal, intento asiar mis piernas como podía, pero ya casi todas mis fuerzas se habían consumido hasta la ceniza.
Mis ojos se pierden en ningún punto en específico, sólo observo a la nada, esperando los últimos momentos que me quedaban.

Inesperadamente, tomo un suspiro ahogado. Comienzo a jadear, ahora siento mis fuerzas y mi vitalidad regresando a mi espectro. Observo mi abdomen, y éste ya no se desvanecía como hace rato.

¡Estoy viviendo de nuevo! Y eso significa que... ¡EunHa está cerca! ¡Y más de lo que creía!

Me levanto de un salto, ni yo sé cómo lo hice. Pero no es importante ahora, ¡debo encontrarla y arreglar todo esto! Antes de que en verdad me desvanezca.

Comienzo a correr en dirección a donde siento más su presencia. ¿Cómo lo sé? ¡No tengo idea! ¡Pero debo encontrarla!

|| 지유 [¿?] ||

Estaba caminando una vez más, después de mi muerte, por las transcurridas pero apacibles calles de Seúl.

Me siento libre, de alguna manera. Siento que puedo ir a donde me den ganas, y que nadie puede hacer nada al respecto... Con que ese es el dichoso e incierto sentimiento de libertad.
El fresco y veraniego viento chocando contra mi rostro, haciendo un fluido compás con mi cabellera; el armónico canturreo de los pajarillos, el brillante fulgor del Sol haciendo su aparición entre todas esas nubes grisáceas que se estaban formando...

Simplemente, puedo verlo con tanta gracia: estoy viva.

Bueno, excepto por el no tan pequeño detalle de que nadie puede verme, nadie puede escucharme, nadie puede tocarme. Porque ahora soy una especie de fantasma, o no recuerdo cuál fue el término que esa silueta brillante me dijo en el Cementerio.

Dejo un suspiro largo. Al parecer, ésta sería mi nueva oportunidad de ahora en adelante.

Pero al final, ¿cómo encontraré a esa chica que me mencionó aquella enigmática figura? Me dijo que sería fácil encontrarla, pero llevo toda la mañana buscándola y no encuentro aún nada.