delectación

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Me duele… me duele estar aquí.

Me he mirado al espejo y me desconozco por completo, ¿alguna vez todos llegamos a sentir lo mismo?

Mi nombre es Charlotte Begin, acabo de cumplir mis 17 y vivo en california. Estaba en un lugar desconocido, yo permanecía ahí frente al espejo, escuchaba bullicio fuera de Las cuatro paredes del baño, pero el sonido constante de mi corazón era más fuerte que cualquier otro ruido y me pregunto ¿por qué este es tan resonante y evidente?

Me quede frente a él, pero yo no estaba ahí, yo me encontraba en mi cabeza dándole vueltas a cosas que no me podía explicar, cosas que pasan y no hay vuelta atrás.

- ¿señorita Charlotte, se encuentra usted en El baño?, se me había olvidado por completo que venían mis tías de Inglaterra a visitarnos.

-claro que sí, tía, aquí estoy, fingí de un Poco de interés, pero no salió nada bien.

- sal de ahí ahora mismo Charlotte, y saluda a tu tía favorita.

-te das demasiada importancia, Harper. Tú no Eres su tía favorita, es más que evidente. Esa era la Tía Emilia hablando fuera del baño, ya no tenía solo un problema, si no dos.

-no hay necesidad de pelearse, ya no soy una niña y la verdad no prefiero a ninguna. Dije yo con una sonrisa de oreja a oreja saliendo de El baño.

La conversación termino después de escuchar a mi Padre; sus pasos eran fuertes, aunque no me sorprende que apenas hoy logre notar lo impetuoso que caminaba. Papa es un doctor muy educado y amable, también cabe mencionar que es un Poco sentimental, pero aun así parecía una máquina de guerra.

Después de que mamá murió mi padre y yo estuvimos muy distanciados, pero pudimos superar el momento, ahora vamos juntos todos Los lunes a visitar a mamá y le llevamos sus Flores favoritas.

- ¿qué hacen acá todas, acaso se han vuelto locas? Nos miró con ceño fruncido, hay una comida exquisita esperando a alguien que disfrute de Ella, agrego él cambiando su expresión por una más amable.

Este momento quedara guardado en mi memoria mucho tiempo, pensé y entonces mi rostro no pudo evitar lo que pasaba por mi Mente así que mi cara se ilumino como si hubiera visto un milagro. Pero era el simple hecho de que todos estuviéramos ahí, en ese momento y en ese Lugar, con mi corazón a mil y nuestros corazones sincronizados, la energía fluía por nuestros cuerpos.

Y entonces ya nos encontrábamos en la mesa compartiendo momentos inolvidables, con sonrisas nuevas jamás vistas, miradas profundas y sentimientos sacados a la luz por medio del momento. Éramos cuatro personas allí pero un mismo corazón al unisonó.

Papá se levantó de la mesa mientras mi tía Harper nos contaba de sus aventuras en Inglaterra y cómo fue que conoció a su primer amor buscando un bolígrafo, y entonces mientras todos prestábamos atención a tan maravillosa e inesperada historia de amor, mi padre puso cuatro copas sobre la mesa, nos sirvió del vino más viejo que había en la casa, y nos dijo mientras terminaba de llenar la última copa

-          Brindemos todos en esta hermosa noche, exclamo con gran alegría, porque mi hija se ha graduado y ha terminado una de sus etapas más bonitas.

-          ¿Estas lista? Dijo la tía Emilia

-          Claro que, si lo estoy, ¿pero a que te refieres?

-          Que si estas lista para el mundo de allá afuera, querida. Especificó harper con gran sencillez

cl no lo estaba, tenía tantas metas por seguir, pero el doble de miedos que no me dejaban avanzar.  y como iba a estar lista, si lo único que escuchaba cada vez que pasaba por cualquier lado eran las mismas malas noticias que nos desaniman a nosotros los jóvenes a salir adelante... lo único que hacen esas noticias es acorralarnos en un callejón sin salidas y obligarnos a encontrar una.

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⏰ Última actualización: Jan 05, 2022 ⏰

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