A la mañana siguiente, a Miko e Inuyasha les tocó un día muy atareado. Miko se pasó el día aprendiendo a reconocer y mezclar hierbas medicinales, meditando (y quedándose dormida) y practicando con el arco, mientras que a Inuyasha le dieron varias clases de ejercicios y lecciones de esgrima, a pesar de que aún no podía transformar a Tessaiga a su verdadera forma. Por la noche, sólo pudieron irse a dormir hasta el día siguiente, que continuarían con su entrenamiento. A la mañana siguiente, ambos estaban practicando con sus armas de nuevo...
- "¡Allá va!" - gritó Miko mientras disparaba una flecha, pero la flecha se cayó en frente del blanco que estaba usando para practicar. Ella y Kaede estaban en un pequeño prado afuera de la aldea y cerca de un bosque.
- "¡No de nuevo!" – dijo ella muy decepcionada.
- "Debes aprender a sostener y apuntar mejor tus flechas" – suspiró Kaede al ver cuanto le estaba costando entender los fundamentos básicos de la arquería – "La verdad no me importaría tanto si al menos pudieras sacar una Flecha Purificadora..." -
- "Está bien. Lo intentaré otra vez" - dijo mientras se preparaba para lanzar otra flecha. En cuanto la soltó, la flecha se cubrió de un aura azul brillante; haciendo que Miko se cayera al suelo por la impresión, fallando de nuevo.
- "Kaede-obaasan, ¿viste lo que hice?" - preguntó Miko entusiasmada.
- "Si, veo que estás mejorando rápidamente." - la felicitó Kaede mientras la ayudaba a levantarse de nuevo - "Sigue así y te aseguro que lo dominarás en poco tiempo." -
- "¡Sí, gracias!" - lo dijo inclinándose ante ella, luego se preparó para lanzar otra flecha - "Lo intentaré una última vez." -
Disparó otra flecha; y para su sorpresa, ésta vez no sólo se cubrió de un aura azul, sino que también se clavó en el centro del blanco.
- "¡Sí! ¡Al fin lo logré!" - dijo Miko mientras saltaba de felicidad.
- "¡Muy bien, pequeña! ¡Espléndido!" - le dijo Kaede sonriendo mientras le ponía una mano en el hombro - "Ahora puedes ir a jugar, que ya terminamos por hoy." -
- "¡Sí, muchas gracias!" – Miko se inclinó ante ella y se fue corriendo.
Mientras tanto, Inuyasha estaba entrenando con Totosai en un bosque cercano.
- "Recuerda, Tessaiga sólo se transforma si siente que la quieres usar para proteger a alguien" - le decía Totosai a Inuyasha mientras el pequeño hanyou agitaba la espada con fuerza, pero sin obtener resultados.
- "¡Trato de concentrarme en esa idea, pero no lo consigo!" - le replicó frustrado.
- "Muchacho tonto, sólo agita la espada una vez más y veamos lo que haces" - le dijo Totosai con voz cansina.
- "Bien, aquí voy" - y luego agitó la espada, la cual cambió a su verdadera forma.
- "¡Al fin lo logré!" - dijo Inuyasha lleno de felicidad, pero la espada se destransformó de inmediato.
- "¡Argh!" – rugió mientras agitaba la espada con furia. En esta ocasión si se transformó y se quedó en su verdadera forma.
- "¡Por fin lo conseguí!" - dijo Inuyasha, luego empezó a saltar de felicidad, para luego quedarse viendo la magnífica espada que tenía en su mano.
- "¡Vaya, no me esperaba que fuera tan grande, y además, tan ligera!" - mientras la sostenía en alto para examinarla con cuidado.
- 'Vaya que es fuerte, aún como un niño puede cargar la espada en su verdadera forma' - pensó Totosai asustado. Luego, se dirigió a Inuyasha con una sonrisa en el rostro:
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Los Manantiales Misteriosos
Hayran KurguLuego de cumplir un pedido de derrotar a un youkai, el grupo encuentra un par de manantiales dentro de una cueva. Inuyasha y Kagome son hipnotizados por ellos y al beber de uno, regresan a ser niños, con Kagome perdiendo todos sus recuerdos e Inuyas...